«De Bellum luce»

Por qué Sánchez no tiene salida

«A Sánchez le está devorando su propia bandera de la regeneración»

Hay razones clave, tanto políticas como estratégicas, que explican la imagen de un presidente del Gobierno escondido en una ratonera. Lo cuenta, como un libro abierto, uno de sus exministros, que por su tiempo en Moncloa sabe cuáles son las bases sobre las que se ha sostenido Pedro Sánchez en el poder contra todo y contra todos. La primera de las razones que me explica tiene que ver con el origen del problema y la ineficacia del argumentario que utilizan los actuales «hombres del presidente»: aquí no se trata de un caso aislado ni tampoco de figuras secundarias, sino que el problema «toca la médula del partido y también del entorno personal del presidente del Gobierno».

Además, Sánchez «ya no tiene ningún cortafuegos» eficaz que le pueda parar el golpe. El victimismo deja de ser rentable cuando no hay un cabeza de turco nítido y creíble. Ninguna dimisión vale ya para cortar la hemorragia. Y encima, añade mi interlocutor, llega en un momento en el que el líder socialista acumula un desgaste que posiblemente ningún otro político hubiera sido capaz de resistir. «No es fácil encontrar una manera de poner sordina a la sensación de fin de ciclo porque no es un grito de la derecha, es un grito que sale de dentro del partido y de los aliados».

El exministro apunta también a los errores de un argumentario que no estaba diseñado para afrontar el estallido de la bomba, sino para mantenerse siempre a flote por falta de pruebas sobre la corrupción nuclear que ha anidado por debajo del presidente. Todo el discurso de la conspiración de jueces, fiscales, periodistas y demás agentes señalados por Moncloa se derrumba con leer los mensajes o escuchar algunos de los audios chuscos de la trama del trío Koldo-Ábalos-Cerdán. «Y es muy legítimo que, si a esto se le da credibilidad, porque hay hechos que lo constatan, la gente empiece también a desconfiar del relato que niega lo que se cuenta de la mujer del presidente y de su hermano». Al final, esa estrategia «se te vuelve en contra» porque lo que parece es que es una maniobra para esconder impunidad para los tuyos.

La guinda del análisis es la pérdida de la iniciativa frente a una derecha a la que «hemos ayudado» a encontrar su propio relato creíble y que «vincula de nuevo nuestras siglas con la corrupción en su sentido más chusco». «A Sánchez le está devorando su propia bandera de la regeneración».