Aunque moleste
Queremos tanto a Harris
Kamala tiene que ganar y no van a permitir que se aireen sus servidumbres
Anda ofendido Trump porque Putin manifestó hace días sus simpatías por la candidatura de Kamala a la presidencia USA, al asegurar que «nosotros la apoyaremos». Lo de Kamala, antes repudiada por su inanidad como vicepresidenta de Biden, se está convirtiendo en un fenómeno de masas. Desde Putin hasta la derecha gallina, encabezada por el tradicionalista PNV, se declaran partidarios de la lideresa izquierdista, pese a que su programa electoral es parecido al de Sánchez, incluso en cambios de opinión: antes renegaba del «fraking», ahora lo apoya; antes aplaudía la inmigración, hoy la rechaza; antes se definía «de izquierdas», ahora es «centrista». Para Kamala no es camelo sino cambio de parecer. Por eso está encantada de acoger en su seno a neocones republicanos como el belicista petrolero Dick Cheney, artífice de la invasión de Iraq. Va a tener razón Robert F. Kennedy jr cuando afirma que el demócrata se ha convertido en el partido de la guerra, del lobby del petróleo, la censura y los intereses de las corporaciones y el gran dinero. Lo contrario de lo que era en tiempos del asesinado JFK. Sólo así se entiende el golpe palaciego del poder financiero ( Soros, Rockefeller, Rothschild, JP Morgan, etc. ) aniquilando a Biden en favor de su vicepresidenta, nombrada a dedo tras retirarse en 2020 de las primarias sin conseguir un delegado. Claro, en una semana logró la señora el milagro de incrementar las donaciones millonarias para su campaña en tiempo récord. Lo nunca visto.
Choca por eso mismo el entusiasmo sin límite de la progresía global en torno a una candidata que, junto con Biden, es responsable del indisimulado envío de armas a Netanyahu para la invasión de Gaza, o del blanqueamiento del régimen chavista levantando las sanciones sobre el petróleo venezolano e indultando a Alex Saab, testaferro de Maduro juzgado por fraude en Miami, a cambio de nada.
Biden/Harris, presuntamente de izquierdas, han favorecido la censura intelectual en redes a contenidos de Tik -Tok, Telegram y el canal X de Elon Musk. Y están dando apoyo financiero a la ideología «woke», siendo responsables de la censura a millones de libros y películas, por entender que soportan contenidos «ofensivos» o políticamente incorrectos, por razones de raza o mensaje sexual inadecuado para los colectivos LGTBQ. El número de libros censurados por la administración Biden/Harris en las bibliotecas públicas aumentó un 92 por ciento en 2023, implantando la censura previa de múltiples títulos, por cuestiones de género. Sólo en un distrito de Florida, como ejemplo, fueron retirados de los estantes más de 1.500 títulos que habían sido enviados antes a revisión al tribunal administrativo correspondiente.
Eso sin olvidar que Kamala tiene hoy también el apoyo de los lobbies de la industria bélica, la big-farma, las grandes tecnológicas y la agroindustria. Con semejantes credenciales, es lógico que buena parte de la derecha corporativa se alinee indisimuladamente con la izquierdista Harris, olvidando cuestiones tan elementales como que lo más relevante de su programa electoral, en el ámbito económico, se centra en el incremento del gasto público, el respaldo a las políticas antiliberales, regulaciones en todos los sectores e intervencionismo estatal sin freno.
Da igual. Kamala tiene que ganar y ganará. Queremos tanto a Harris que no vamos a permitir que se airee su mediocridad y servidumbres.
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