Sin Perdón

El respeto a la Constitución

«Este discurso es especialmente trascendente por el enrarecido clima de enfrentamiento que vive España»

Hay que reconocer que los discursos del Rey son muy claros, aunque siempre es divertido leer a sus exégetas. La realidad es que son innecesarios. Es bueno recordar que llevaba décadas preparándose para asumir el oficio de primer servidor del Estado. Cuenta con un nivel académico y una capacitación que le sitúan como el funcionario público, expresado este término como muestra de respeto y admiración a las personas que dedican su vida a esta labor, mejor preparado no solo de nuestro país sino de cualquier democracia. Por tanto, sabe muy bien lo que quiere decir y además lo hace con un respeto escrupuloso a su papel constitucional. Este discurso es especialmente trascendente por el enrarecido clima de enfrentamiento que vive España. Es bueno acudir al tenor literal de sus palabras. El fin más importante que tiene que cumplir una Constitución es que sea un marco de convivencia que resulte útil y eficaz para la sociedad en la que se aplica. La realidad objetiva es que en nuestro caso lo ha sido, lo es y lo seguirá siendo, porque «fuera del respeto a la Constitución no hay democracia ni convivencia posibles».

Esta afirmación del jefe del Estado, junto al respeto a las instituciones en el ejercicio de sus competencias y la petición de evitar «el germen de la discordia», pone en valor su función como símbolo de la unidad y permanencia del Estado, así como de arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones. Esto último no significa que tenga que convocar una mesa para dirimir los conflictos. No es un político y no es su papel. Con sus palabras recuerda la importancia de respetar la Constitución, para no repetir los errores del pasado. No que hay apartarse del camino que «iniciamos hace ya casi medio siglo» en un proyecto común. Es verdad que hay formaciones que no comparten algunos de los valores constitucionales. Unas desearían romper España y otras emprender un proceso constituyente para imponer un texto constitucional basado en la soberanía popular, acabar con la Monarquía, el debilitamiento del Estado de Derecho y la separación de poderes. Por eso, la Constitución y su defensa son lo más importante.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)