Mar en calma

Resurgir

Cuando no queda más remedio que resurgir de las cenizas, como el Ave Fénix, el apoyo social y la solidaridad son tus pilares

Seguimos sobrecogidos por los fallecidos, los heridos y las mascotas que no sobrevivieron al incendio en Valencia que conmocionó a todo el país. Nunca olvidaremos las imágenes de un gran edificio en llamas que engullían sin remedio todo a su paso.

Nos quedamos con lo bueno: la respuesta ejemplar de los bomberos, servicios sanitarios y de rescate. También nos vuelve a emocionar y enorgullecer la solidaridad de quienes no han dudado ni un instante en ponerse manos a la obra para intentar paliar los destrozos irreversibles que causó el fuego. La ayuda inestimable de innumerables empresas que donan lo que tienen para que los damnificados puedan empezar una nueva vida, nos llena de gratitud. Cuando no queda más remedio que resurgir de las cenizas, como el Ave Fénix, el apoyo social y la solidaridad son tus pilares.

Dicen que todos tenemos que estar preparados para arder en nuestras propias llamas y que para renacer es necesario haber quedado reducido a cenizas. Comparto esta filosofía, como también sé que tienes que morir unas cuantas veces antes de poder vivir de verdad. Lo decía Charles Bukowski y muchos lo hemos experimentado.

La parte positiva de esa «muerte» es que al renacer no eres la misma persona, sino una versión más fuerte, más sabia y con más amor, porque toca abrir el corazón, reconocer nuestra vulnerabilidad y asumir que nada nos pertenece, sin embargo, hay algo intocable que ningún incendio puede llevarse: nuestra esperanza, el cariño de quienes nos rodean y las ganas de resurgir.

Al final, hasta damos las gracias a ese empezar de cero porque te obliga a soltar, a vivir de forma más liviana, más consciente y más agradecida, especialmente por el simple y milagroso hecho de seguir con vida, algo que solemos dar por sentado.

Los testimonios que seguimos escuchando demuestran que somos resilientes. Y que hay que agradecer; al fin y al cabo, siempre podía haber sido peor.