
Sin Perdón
Sánchez resucita a Franco
«La Historia hay que dejarla a los historiadores para que la analicen con rigor científico y no en manos de políticos oportunistas»
Una de las ventajas políticas que tiene Sánchez frente a sus rivales es su oportunismo. Es capaz de aprovechar cualquier cosa que le sirva para obtener ventaja o beneficio. Por ello, ha decidido resucitar a Franco aprovechando que el próximo año se celebra el 50 aniversario de su muerte. Ha elegido el lema «España en libertad» e intentará estigmatizar al centro derecha como si fuera franquista. Me gustaría mucho conocer el compromiso o las ideas políticas que tenían sus padres y abuelos, así como los de su familia política. Ese mismo interés me despiertan los miembros de su Gobierno. Cuando la gente sobreactúa me genera desconfianza, porque parece que muchos quieran limpiar su pasado, ya sea por haber abrazado al régimen o, simplemente, por ser indiferentes. La España en libertad que reivindica Sánchez fue gracias al Rey Juan Carlos, Suárez y la UCD, Felipe González y el PSOE que no le gusta a su actual líder, el PCE de Santiago Carrillo, la AP de Fraga y tantas otras formaciones y personas que tuvieron un claro compromiso democrático.
La Constitución de 1978 es la gran obra de la Transición. Ha permitido que gobiernos de distinto signo se turnen sin ninguna dificultad y que España haya sido un ejemplo entre las democracias. Por cierto, sus aliados son los que quieren acabar con ella. No me voy a olvidar de Bildu, la organización controlada por los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA. De los comunistas de Sumar y Podemos no hay que esperar nada, porque nunca han respetado la democracia en los países que han conseguido gobernar. El comunismo es una de las ideologías más abyectas de la Historia. Franco y el franquismo es un tema que me aburre como ciudadano, pero me interesa como historiador de las instituciones. Nadie puede reivindicar o defender un régimen dictatorial. En cualquier caso, es bueno recordar que la democracia es un periodo muy corto en la Historia. Durante siglos, nuestros antepasados vivieron en sistemas que nada tienen que ver con nuestra realidad política e institucional, así como con nuestros valores. Por eso, la Historia hay que dejarla a los historiadores para que la analicen con rigor científico y no en manos de políticos oportunistas que la quieren manipular al servicio de sus intereses.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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