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El sexo de las balanzas fiscales y más cuentos indepes

Puede haber tantas balanzas fiscales como autores. Ninguna ha coincidido hasta ahora y ninguna coincidirá

Gregorio de Nisa (circa 335-circa 400), uno de los padres de la Iglesia oriental, fue de los primeros en quejarse de las discusiones bizantinas: «Todo está lleno –decía– de personas que discuten acerca de cuestiones ininteligibles. Si se pregunta cuántos óbolos cuesta algo, se os contestará filosofando sobre lo creado o no creado. Si se pregunta por el precio del pan, se os responderá que el Padre es más grande que el Hijo». Lo explica el profesor de Filología Clásica de la Complutense madrileña David Hernández de la Fuente en su «Breve historia de Bizancio». También aclara que es falsa la leyenda de que los bizantinos discutieran sobre el sexo de los ángeles mientras los turcos conquistaban Constantinopla. Precisa que esa expresión arraigó en Occidente para describir los debates de la muy complicada teología oriental que, eso sí, desviaron energías y recursos que hubieran sido más útiles para el desarrollo de Bizancio.

Carles Puigdemont, siglos después de Bizancio, ha arrancado a Pedro Sánchez, la promesa de publicar las llamadas «Balanzas fiscales» autonómicas para demostrar que Cataluña está mal financiada. Si el inquilino de la Moncloa cumple con su palabra –lo tiene fácil– se reabrirá una versión siglo XXI del debate sobre «el sexo de los ángeles». Allá por 2012, en los balbuceos del «procés» ya se planteó el asunto. José Ignacio Rodríguez Mora escribía en el blog «Nada es gratis», impulsado entonces por Luis Garicano, sobre «la desagradable lógica de la independencia» y el «indepe» Pol Antras, profesor de Harvard –callado hace tiempo, por cierto– con «la desagradable (pero errónea) aritmética de la independencia». Es cierto que Cataluña aporta más al erario público que lo que recibe, igual que Madrid. El equilibrio absoluto, llevado al extremo, significaría que cada contribuyente debería percibir lo mismo que paga en impuestos, algo que –es obvio– acabaría con cualquier redistribución, al margen de su conveniencia. Además, puede haber tantas balanzas fiscales como autores. Ninguna ha coincidido hasta ahora y ninguna coincidirá. También es un mito, como explicó Josep Borrell en «Las cuentas y los cuentos de la independencia», porque «las balanzas fiscales alemanas –puestas como ejemplo por los indepes– no han existido nunca. Y tampoco ningún límite a los déficits fiscales de los länder –las regiones alemanas». Sí, la discusión sobre las balanzas fiscales, además de igual de estéril que la del sexo de los ángeles, será tan ininteligible como las cuestiones de las que se quejaba Gregorio de Nisa.