Sin Perdón

El teatrillo de Yolanda y Pedro

«La amnistía era inconstitucional, pero ahora ya no lo es porque Conde-Pumpido es la lavadora del sanchismo»

La vis cómica de las relaciones entre Yolanda y Pedro es insuperable. No son una extraña pareja, sino, simplemente, unos colegas muy previsibles. Nadie se puede tomar en serio el teatrillo que han organizado. Es impensable que no le apoye. Es solo una artificiosa actuación para justificar el tiempo que necesita para estructurar el relato de la amnistía y del resto de humillantes cesiones. En el Gobierno dicen irónicamente que la mejor forma para complacer a la líder de Sumar es ofrecerle protagonismo mediático. No es una maldad, sino la constatación de su obsesión por los medios de comunicación. Es algo que también le sucede a Sánchez y a cualquier líder político. Nunca he conocido a alguien que no le guste. Es algo consustancial a sus ambiciones. No importa el signo político. El proceso negociador de Sánchez para lograr la investidura pone de manifiesto la sumisión de la pancatalanista presidenta del Congreso. Estamos ante el caso más escandaloso desde la Transición. No importa, porque la capacidad propagandística del aparato de La Moncloa es una apisonadora impresionante. La izquierda mediática bendice cualquier actuación o decisión del sanchismo.

No hay más que recordar la reacción contra Feijóo. El lío en Sumar es enorme, pero «son los nuestros». La comparecencia de Sánchez fue una obra cumbre de la incoherencia y la contradicción, no importa porque es «uno de los nuestros». La amnistía era inconstitucional, pero ahora ya no lo es porque Conde-Pumpido es la lavadora del sanchismo. Se da por descontado. Mientras el pacto con Sumar está cerrado y las carteras repartidas con absoluta marginación de Iglesias y sus acólitas, en el caso de los independentistas hay acuerdo en que habrá acuerdo. Es decir, ahora andan con el tema del relato y la articulación jurídica del despropósito de la amnistía. Me gustó escuchar al candidato socialista asegurar que no aceptará el referéndum. Es difícil tomárselo en serio. A estas alturas supongo que buscarán alguna formula estrafalaria y alambicada para que Puigdemont y Junqueras no sean acusados de traidores. Estoy pensando en ofrecerme como relator, ya que Valle-Inclán no se encuentra entre nosotros.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)