«De Bellum luce»
Todo se juega en clave de «vendetta»
El ánimo de venganza de Puigdemont no afecta solo a ERC sino también al PSOE, con quien los puentes están bloqueados
No hay unidad en el independentismo. Desde el 23J ERC no han hecho más que apelar a esa unidad de acción para que Junts entre en el mismo juego que a ellos no les ha servido más que para restarles apoyo electoral. Pero Carles Puigdemont va por libre y no pactará ni con ellos ni con nadie su posición de mañana en la votación de la Mesa del Congreso ni tampoco en la próxima investidura. Los canales de diálogo entre Oriol Junqueras y Puigdemont no sólo están rotos, sino que el ex presidente huido de la Justicia cree que esta es su oportunidad para vengarse con saña del líder republicano. La épica no está en la cárcel sino en Waterloo, y la decisión de Junts en esta ronda la dirige la meta de salvarles antes de que en unas autonómicas se vuelvan en su contra los insultos que han dirigido contra los republicanos por su colaboracionismo en Madrid con el Gobierno de España.
Cada uno de los movimientos que está haciendo Puigdemont suena a «vendetta», y en su entorno comentan que su intención es marcar el calendario para jugarlo a su favor y reconstruirse como el único líder mesiánico del independentismo. Ojo, porque el ánimo de venganza no afecta solo a ERC sino también al PSOE, con quien los puentes están bloqueados. Los negociadores socialistas saben que todo lo que haga Puigdemont va dirigido a debilitarles y que pretenden construir un Gobierno con el voto de quien quiere servirse del contexto político para rehabilitar la fuerza de la presión independentista, pero hacen como que ni ven ni escuchan, convencidos de que todas las siglas nacionalistas e independentistas se rendirán a Pedro Sánchez porque su flexibilidad cae mejor entre sus votantes.
El PSOE no tiene a día de hoy ni idea de lo que piensa votar el partido de Puigdemont, pero sí ve que tanto Junts como ERC se han instalado ante su parroquia en un discurso que anima a los suyos a echarse de nuevo al monte. Y también saben ya que la decisión última la tendrá el prófugo y que nadie dentro de su partido se atreverá a llevarle la contraria.
Con este marco de tensión independentista llegan las últimas horas antes de que se conforme el nuevo órgano de gobierno del Congreso. El discurso épico de los colaboradores de Sánchez sobre que el líder socialista nunca fracasa les anima a pronosticar que sus deseos se cumplirán. Ciegamente se dejan llevar por el líder, aunque el camino esté lleno de casandras que no dejan de anunciar que el final sólo puede ser malo.
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