La situación

Contra todo pronóstico

«Sánchez ha optado por imprimir un ritmo más alto a su campaña, cuando ya estamos en el tiempo de descuento»

A cuatro días de que termine la campaña y a siete días de las elecciones, el tiempo –cuyo manejo es tan importante ante una cita con las urnas– empieza a escasear para resolver los entuertos que no se hayan solventado antes.

La semana pasada, primera de la campaña oficial, el PSOE entró en un trance tan propio de la política como de la psicología, consistente en deprimirse por el resultado del debate cara a cara de Atresmedia y no encontrar la fórmula para reanimarse durante días. El presidente, condicionado por sus obligaciones como tal, ocupó un par de jornadas en Lituania, igual que le ocurrirá esta semana. Pero, de vuelta en España, tampoco mostró un desmedido entusiasmo por lanzarse a la carretera, que es lo que suele hacer un candidato. Entre el martes y el viernes, apenas protagonizó un mitin en Santander, una entrevista en la Cadena Ser y se dejó fotografiar en un acto con artistas. En el bando rival, Feijóo dio cada día al menos dos mítines y varias entrevistas. ¿Qué conclusión se puede extraer de este –por decirlo así– lenguaje gestual de cada candidato a la presidencia del Gobierno? En campaña importa mucho lo que se dice, pero también es determinante la imagen que se ofrece a los votantes, especialmente a los posibles votantes propios.

Este fin de semana, Sánchez ha optado por imprimir un ritmo más alto a su campaña, cuando ya estamos en el tiempo de descuento. Ha tratado de animar a su grey dando por sentado que ganará «contra todo pronóstico», como ya hizo dos veces en elecciones primarias del PSOE y en la moción de censura contra Rajoy. Ha incluido también las elecciones de abril de 2019, a pesar de que el augurio de los sondeos otorgaba la victoria al PSOE. Y, sí, también ganó en la repetición de noviembre de 2019, aunque su expectativa era las de pasar de 123 a 150 escaños y, sin embargo, perdió tres, hasta quedarse en los actuales 120.

Ahora, algunos analistas consideran que al PSOE no le queda margen para el vuelco que anuncia Sánchez. Pero sorpresas más grandes hemos visto.