Sin Perdón

La trayectoria ejemplar de Jaime Alfonsín

«Ha estado al lado de Felipe VI ejerciendo un papel determinante, que le ha granjeado el respeto generalizado»

El relevo de Jaime Alfonsín como Jefe de la Casa Real cierra una etapa brillante al servicio de la Institución que comenzó cuando asumió en 1995 la jefatura de la Secretaría del Príncipe de Asturias. Desde entonces ha estado al lado de Felipe VI ejerciendo un papel determinante que le ha granjeado un respeto y admiración generalizados. Cuando se incorporó al cargo era un brillante abogado del Estado que trabajaba en uno de los despachos más prestigiosos de nuestro país. La decisión que tomó entonces le define como funcionario al servicio del Estado. En lugar de seguir como socio y estar en consejos de administración prefirió trabajar al lado del heredero de la Corona. No definiré como sacrificio asumir un cargo tan interesante como apasionante, pero hay que reconocerle esa vocación de servicio que implica anteponer los intereses personales a un bien mayor como es asesorar y ayudar al Príncipe de Asturias y, posteriormente, al Rey de España. Lo ha hecho en circunstancias complicadas y difíciles, pero demostrando en todo momento su prudencia, cualificación y eficacia. En 2014, Don Felipe asumió la Corona y Alfonsín asumió, como tránsito natural, la jefatura de la Casa.

El Rey tuvo muy claro desde el primer momento que se tenía que emprender una profunda modernización de la Institución para dotarla de mayor transparencia y adaptarla a las exigencias de la sociedad. El balance de estos diez años es excelente. Alfonsín y su equipo han cumplido con éxito las expectativas. Ahora seguirá vinculado a la Corona como consejero privado prestando las labores de asesoramiento y las funciones que le encomiende el Rey. El nuevo Jefe de la Casa es el diplomático Camilo Villarino, que cuenta con una amplia experiencia, una sólida preparación y un merecido prestigio alcanzado en los cargos que ha asumido. Es un perfil excelente que se complementa con la calidad humana, discreción y profesionalidad que le reconocen sus compañeros. La diplomacia ha sido un terreno idóneo para asumir los conocimientos y la experiencia necesarias para un cargo tan complejo y delicado como la jefatura de la Casa Real. Es un perfil ajeno a la política, que es lo que corresponde a esta alta magistratura.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).