Restringido

Un Trump hispano

Cualquier posible rencor de Hispanoamérica con España está fuera de tiempo y lugar, porque de España nada se puede temer. Esta actitud sólo conduce a la defensa de lo contrario de uno mismo. Por esa vía, la pura estulticia y está pasada de moda. Nuestros nietos estoy seguro de que lo verán y alguno quizás por entonces se acuerde de esta voz aislada en un país donde se ignora al que lo quiere y apoya

La Razón
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Me da lástima la desproporción a la que se ha llegado en el protagonismo que ha adquirido lo inglés en América (y en el mundo) en comparación con la menor importancia de lo hispano. Algo que fue residual y anecdótico, lo inglés en América, hoy día acapara todas las esferas de atención en lo importante. Es injusto con la historia que lo hispano haya quedado relegado en América a algo que provoca risa en comparación con el poderío de lo inglés.

No nos confundamos, lo que prima no es la dualidad América-Europa, sino la dualidad «lo inglés o lo hispano». El lema «América para los americanos» ha significado a la postre el dominio de lo inglés sobre lo hispano y a la vista está, recordando esa obra del músico Arriaga de «Los esclavos felices». Hemos hecho bien el juego, hasta la imbecilidad misma. Pronunciar la palabra «América» llega a identificarse con lo inglés (USA) y el resto (los del río Grande para abajo) no están ni siquiera bien ubicados en América. El otro día me dijo una inglesa en Benidorm que México no estaba en América, no sé en qué estaría pensando. Se llega hasta la ridiculez de que, en realidad, en la parte hispana se conserva el elemento indígena mezclado o puro, mientras que en la parte inglesa es puro chiste. Y así todo los americanos son solo ellos. Y ahora viene Trump. ¿Qué quieren que les diga? Lo siento, pero a mí no me parece tan mal Trump. Al menos en relación con lo que a mí realmente me preocupa y me irrita, como español (dimensión que curiosamente se olvida en España), es decir, que no haya un «Trump hispano» o un Obama a quien se le oiga en el mundo con la misma legitimidad HISPANA en América. Lo que lamento es que no haya una voz al mismo nivel que Trump. Un contrasentido con la historia y una injusticia para todos los hispanos de América. ¿No era lo anglosajón el libre comercio? Así se nos vendió cuando interesó para acabar con el imperio español. Pero ¡qué más dan las razones! Estas y aquellas y tantas otras discusiones son estériles («América para los americanos» significó echar a España de Cuba o Puerto Rico y hasta de Filipinas, pero no a Inglaterra de Las Malvinas o de Jamaica). No hay más que contradicciones. Pero todo esto en verdad da lo mismo, porque no es el quid. Lo único que importaría sería que, de una vez por todas, los hispanos se unan y que despertemos todos de la gran estupidez en la que nos encontramos. No digamos ya con los discursillos autonómicos de nuestra patria.

Falta un Trump hispano, que hable a esta persona con autoridad, a un mismo nivel. Hay que aprender, lejos de criticar. Y de EE UU hay que aprender a hacer lo mismo que ellos. Son nuestro referente. Por tanto, una Hispanoamérica unida, potente, respetada y querida. Una colaboración directa con USA, por qué no, pero al mismo nivel. Unidos podríamos.

Este artículo viene a cuento de un libro que publiqué a finales del año pasado «Discurso a Hispanoamérica y España» con la Editorial Sial Pigmalion, donde desarrollo con potencia y pasión todas estas ideas, igual que Fichte habló a la nación alemana.

Lo único que importa es lo hispano, no Trump. Y el futuro de España estaría en convertirse en un modesto colaborador de una primera potencia mundial, Hispanoamérica, al mismo nivel que China, Rusia o Estados Unidos. Los demás proyectos son secundarios. Por eso cualquier posible rencor de Hispanoamérica con España está fuera de tiempo y lugar, porque de España nada se puede temer. Esta actitud sólo conduce a la defensa de lo contrario de uno mismo. Por esa vía, la pura estulticia y está pasada de moda.

Nuestros nietos estoy seguro de que lo verán y alguno quizás por entonces se acuerde de esta voz aislada en un país donde se ignora al que lo quiere y apoya.