Editorial

El único cortafuegos es el adelanto electoral

El Gobierno ha cumplido cien días, pero su tiempo ha expirado, sumido en el descrédito, la incompetencia, la mentira y la corrupción

Había pocas o ninguna duda sobre la suerte de la carrera política del exministro y hombre de confianza del presidente del Gobierno. José Luis Ábalos se sabía sentenciado por la justicia sumaria de Moncloa porque el «caso Koldo» ha roto en avalancha que se precipita sobre el que manda, pero ha decidido atrincherarse en el escaño y de paso mandar un mensaje interno. Todo es susceptible de empeorar en el horizonte del Ejecutivo y del PSOE porque su grado de cercanía con el presidente y el nivel de conocimiento que maneja no son baladíes. La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE había decidido «por unanimidad» solicitar a Ábalos que en un plazo de 24 horas entregara su acta de diputado por razones de «responsabilidad política» y ha respondido con una renuncia «fake» a su cargo como presidente de la comisión de Interior. La clásica maniobra de cortafuegos, torpe e insuficiente, amenaza con convertirse en un acelerante del incendio. Gasolina al fuego. En todo caso, el sacrificado es un personaje amortizado, poco menos que un engranaje, clave sí, pero un engranaje en lo que se atisba ya como una cadena de montaje corrupta de enriquecimiento ilícito y criminal con ramificaciones en distintos ministerios en una época en la que los españoles fallecían por miles. Así que, la estrategia de contención de daños planeada en los despachos presidenciales que entregaba la carrera ya finiquitada de un diputado lleva camino de implosionar. Al igual que la burda maniobra para colar a los populares en el escándalo propio como objetivo de la ordalía investigadora que se urde en la institución que preside Francina Armengol, otro nombre en las conexiones con la banda de Koldo. Intoxicar, desinformar y difamar a ciudadanos anónimos, que ya fueron investigados por fiscalías dentro y fuera de nuestro país sin indicio de conducta irregular, deja en evidencia a un partido que se pretende íntegro y que da lecciones de moral cuando su historia de condenas es la que es y amnistía a separatistas corruptos, convictos y confesos por un puñado de votos. Hay cientos de contratos y miles de millones de euros bajo investigación, repartidos en operaciones que se realizaron al amparo de un estado de alarma inconstitucional, que favoreció la discrecionalidad y la arbitrariedad en adjudicaciones desde ministerios y gobiernos como el canario y el balear mediante conseguidores socialistas. Santos Cerdán, Illa, Armengol, Torres, Grande-Marlaska, Puente, Pedro Sánchez deben comparecencias y explicaciones públicas en sede parlamentaria para responder por actos bajo sospecha. Tendrán que hacerlo en el Senado en una fiscalización pública positiva por imprescindible. El Gobierno ha cumplido cien días, pero su tiempo ha expirado, sumido en el descrédito, la incompetencia, la mentira y la corrupción. El único cortafuegos digno es dar la voz al pueblo soberano.