Atentado

El primer ministro iraquí sale ileso de un intento de asesinato con dron

El ataque se produce en medio de las protestas de los sectores proiraníes contra los resultados de las elecciones legislativas de octubre

El primer ministro iraquí, Mustafa Al Kadhimi, durante su visita a la Casa Blanca el pasado julio
El primer ministro iraquí, Mustafa Al Kadhimi, durante su visita a la Casa Blanca el pasado julioTom Brenner / POOLEFE

En un Irak sumido en la incertidumbre y el nerviosismo tras los recientes comicios generales, el primer ministro Mustafa al Kazemi, sobrevivió este domingo a un intento de asesinato. Mientras dormía en la fortificada “Zona Verde” de la capital Bagdad –que alberga edificios gubernamentales y embajadas extranjeras-, drones cargados de explosivos atacaron desde el aire la residencia oficial.

Si bien Al Kadhimi resultó ileso, la agencia Reuters confirmó que seis guardias personales fueron heridos en el ataque, mientras que residentes de la zona también escucharon ráfagas de disparos. Las Fuerzas de Seguridad lograron derribar dos drones, pero un tercero logró penetrar el fortín y atacar la residencia del primer ministro iraquí.

En un incidente con potencial de incrementar la rampante tensión sectaria en Irak, Al Kadhimi lanzó un primer mensaje tranquilizador en su cuenta de Twitter: “Gracias a Dios estoy bien, y hago un llamamiento a la calma y la contención por parte de todos por el bien de Irak”. Luego, en un discurso televisado y con expresión seria, prosiguió: “Ataques cobardes con drones no construyen patrias, ni construyen futuros”.

Si bien ningún grupo reclamó la responsabilidad directa, todos los indicios apuntan a milicias chiíes fuertemente armadas y generosamente financiadas, fundamentalmente por Irán. Poco después de los hechos, se reforzó el contingente de seguridad alrededor de la “Zona Verde” y el centro de Bagdad.

El intento de asesinato llegó tras dos jornadas consecutivas de protestas violentas en la capital iraquí con motivo de las elecciones del 10 de octubre. Miles de personas se enfrentaron a las fuerzas antidisturbios lanzándoles piedras, y quemaron múltiples retratos del primer ministro. Además de gases lacrimógenos, la Policía disparó fuego real y mató a un manifestante el viernes.

Las facciones que alientan las marchas son, precisamente, milicias armadas por Teherán que perdieron sustancial peso parlamentario tras la votación. Denuncia que hubo evidentes irregularidades en el recuento de papeletas, y que Al Kadhimi es el instigador del fraude y la represión.

Un portavoz de Hashd al Shaabi, el paraguas que agrupa a las milicias proiraníes, declaró a la cadena Al Yaziraque “soy muy escéptico respecto al intento de asesinato. Se trata de una coartada del Gobierno para culpar a los manifestantes”.

Para la analista Randa Slim, del Middle East Institute, el ataque con drones “fue un intento de golpe de Estado, que no solo supuso un ataque hacia Al Kadhimi, sino contra toda la clase política”. Consideró el intento de asesinato como “un movimiento estúpido, ya que el primer ministro jugará la carta de la víctima y tendrá más opciones de mantener el cargo”.

En los comicios de octubre, el brazo político de Hashd al Shaabi pasó de 48 a tan solo 15 escaños, en lo que analistas conciben como un castigo por el rol de las milicias proiraníes en la represión de protestas antigubernamentales de 2019, en que mataron a casi 600 manifestantes.