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Benedicto XVI

Benedicto XVI atribuye la plaga de abusos en la Iglesia al “colapso mental” que propició la Revolución sexual del 68

El Papa Emérito publica un documento sobre la pederastia eclesial. En él indica que durante este período “se establecieron grupos homosexuales en los seminarios que actuaban abiertamente”

Benedicto XVI atribuye la plaga de abusos en la Iglesia al “colapso mental” que propició la Revolución sexual del 68
Benedicto XVI atribuye la plaga de abusos en la Iglesia al “colapso mental” que propició la Revolución sexual del 68larazon

El Papa Emérito publica un documento sobre la pederastia eclesial. En él indica que durante este período “se establecieron grupos homosexuales en los seminarios que actuaban abiertamente”

El Papa Emérito Benedicto XVI vive un apacible retiro en el convento Matter Eclessiae. Desde que renunció al Pontificado, pocas situaciones le han hecho romper su silencio. Pero la Iglesia vive un momento muy delicado por la avalancha de denuncias de abusos sexuales y el silencio cómplice que durante demasiado tiempo ha mantenido la institución. Por ello Ratzinger, quien fuera antes que Papa Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, ha publicado un documento con el que trata de arrojar luz a las causas de esta lacra. Un informe de 18 páginas con el título "La Iglesia y los abusos sexuales", que se publicará en la revista mensual "Klerusblatt", dirigida al clero católico de Baviera, pero que ha sido adelantado por algunos medios.
En su disertación, Benedicto XVI va más allá de las meras cuestiones teológicas e introduce algunos planteamientos polémicos, pues de alguna manera echa la culpa del aumento de la pederastia en el clero a las costumbres originadas tras la Revolución Sexual del 68. "Se puede decir que en los 20 años entre 1960 y 1980, los estándares vinculantes hasta entonces respecto a la sexualidad colapsaron completamente, y surgió una nueva normalidad que hasta ahora ha sido sujeto de varios laboriosos intentos de disrupción”. Aun más, señala que "parte de la fisionomía de la Revolución del 68 fue que la pedofilia también se diagnosticó como permitida y apropiada".

Hace incapié, además, en el impacto que este período tuvo en la formación de los nuevos sacerdotes, pues "fue en muchas formas un tiempo muy difícil". "Siempre me he preguntado cómo los jóvenes en esta situación se podían acercar al sacerdocio y aceptarlo con todas sus ramificaciones. El extenso colapso de las siguientes generaciones de sacerdotes en aquellos años y el gran número de laicizaciones fueron una consecuencia de todos estos desarrollos", asegura. Ese libertinaje al que se refiere Ratzinger, propició "que en varios seminarios se establecieran grupos homosexuales, que actuaban más o menos abiertamente, con lo que cambiaron significativamente el clima que se vivía entre ellos".

También hace enfásis en el papel "garantista"de la Iglesia en este asunto, es decir, en "garantizar por encima de todo los derechos del acusado". Ratzinger, que fue Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe en tiempos de Juan Pablo II, recuerda que fue él quien rompió con esta política proteccionista y estableció la pena máxima para los curas abusadores, es decir la expulsión del estado clerical "que no se habría podido imponer bajo otras previsiones legales".

Por supuesto, el Papa Emérito aclara que publica este informe con el beneplácito del Papa Francisco y del Secretario de Estado Pietro Parolín y defiende su publicación con la intención de contribuir a esa "hora difícil"que atraviesa la Iglesia Católica.