El Papa Francisco solicita el «cese inmediato» de los bombardeos en Siria, que estos días han alcanzado enormes proporciones y causado la muerte de más de 300 persona

Francisco suele aprovechar el rezo del ángelus los domingos a medio día, retransmitido por radios y televisiones de medio mundo y al que asisten miles de fieles de todos los continentes, para denunciar situaciones de conflicto Hoy se centró en la situación que vive en el distrito sirio de Guta, y afirmó que el país está siendo «martirizado».

Todo comenzó el pasado 22 de febrero, cuando el Ejército sirio lanzó un ataque indiscriminado contra este barrio, situado a las afueras de Damasco y controlado por fuerzas rebeldes contrarias al régimen del presidente Bacher Al-Asad. Según algunas organizaciones humanitarias que trabajan en la zona, en el ataque –que duró casi dos días–, fallecieron 250 personas, y 400.000 quedaron atrapadas sin atención médica.

El Pontífice subrayó que esto «es inhumano» y manifestó públicamente que su pensamiento «se dirige con frecuencia a la amada y martirizada Siria, donde la guerra ha estallado de nuevo, especialmente en Ghuta Oriental». Bergoglio lamentó que «este mes de febrero ha sido uno de los más violentos en siete años de conflicto: cientos, miles de víctimas civiles, niños, mujeres, ancianos... Los hospitales han sufrido ataques, la gente no puede conseguir comida... ¡Todo esto es inhumano!», insistió.

En una desesperada llamada para que la comunidad internacional frene este derramamiento de sangre, alertó de que «no se puede combatir el mal con otro mal, y la guerra es un mal». El Santo Padre concluyó con un «llamamiento encarecido para el cese inmediato de la violencia, para que se permita el acceso de la ayuda humanitaria con comida y medicinas, y que se pueda evacuar a los heridos y a los enfermos».

La preocupación del Papa coincide con la resolución aprobada el sábado por la ONU, con la que se trata de dar respuesta mediante una tregua de 30 días que permita el acceso de ayuda humanitaria y la evacuación de heridos. Sin embargo, esto no ha acabado con los ataques, que continuaron durante todo el día de ayer entre grupos armados opositores y Gobierno.

Francisco es muy sensible a los conflictos de todo el mundo, pero en especial a los de Oriente Medio. El sábado por la noche, con el apoyo del Vaticano, el Coliseo romano se iluminó completamente de rojo en recuerdo de la sangre derramada por los cristianos perseguidos por el mundo, un acto organizado por la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada. Un acontecimiento que el mismo Francisco apoyó y en el que estuvo presente el cardenal secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin.