¿Qué santo se celebra hoy, 27 de octubre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

El santoral católico es una lista de santos y beatos que la Iglesia católica conmemora oficialmente en diferentes fechas a lo largo del año. Cada día del calendario litúrgico está vinculado a uno o varios santos, que son recordados en las misas y en las oraciones de los fieles. La tradición de celebrar la vida de los santos se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando se comenzaron a venerar a los mártires y otros personajes considerados ejemplares por su vida y su testimonio de fe.

En el santoral de hoy, 27 de octubre, se conmemoran a varios santos y santas que han dejado una huella en la historia de la cristiandad, entre los que podemos destacar a Santa Cristeta de Talavera, San Frumencio de Etiopía, San Namancio de Arvernia, San Oterano de Iona, Santa Sabina de Talavera, San Trásea de Esmirna, San Vicente de Talavera, San Gaudioso de Nápoles y Beata María de la Encarnación Rosal. Desde el periódico LA RAZÓN destacamos a San Bartolomé de Braganza, un hombre que utilizó sus habilidades como predicador para desafiar las herejías de su época.

¿Quién fue San Bartolomé de Braganza?

Bartolomé nació en la ciudad de Vicenza, en Italia, alrededor del año 1200. A la edad de 20 años, decidió unirse a la orden de los dominicanos, una comunidad religiosa comprometida con la enseñanza y la predicación. Después de completar su formación y ser ordenado sacerdote, Bartolomé se destacó por su dedicación y liderazgo en diferentes roles dentro de la orden.

Además de su labor religiosa, este joven sacerdote también dejó un impacto en el ámbito civil. Consciente de la importancia de mantener la paz en las ciudades de Italia, Bartolomé fundó en 1233 la orden militar de los Fratres Gaudentes. Esta orden tenía como objetivo preservar la paz y el orden público, y proteger a los ciudadanos de conflictos y disputas. Se extendió por varias ciudades de la península itálica y estuvo en funcionamiento hasta el siglo XVIII.

En 1248, Bartolomé fue nombrado obispo en Chipre. Este nombramiento fue considerado un honor y un reconocimiento a su santidad y habilidades de liderazgo. Sin embargo, para Bartolomé, fue una especie de exilio instigado por un grupo antipapal que se alegró de verlo partir hacia Chipre. Durante sus años como obispo en Chipre, Bartolomé entabló amistad con el rey Luis IX de Francia, quien se dice que le dio al santo obispo una reliquia de la Corona de Espinas de Cristo.

Pocos años después, Bartolomé fue transferido de regreso a Vicenza, donde construyó la iglesia de la Santa Corona, donde se veneraba a esta "espina sagrada". A pesar de los sentimientos antipapales que aún eran evidentes, trabajó diligentemente, especialmente a través de su predicación, para reconstruir su diócesis y fortalecer la lealtad del pueblo hacia Roma. Se dedicó a reconstruir las iglesias que el jefe de los gibelinos, Ezzelino da Romano, había destruido y trató de restablecer la paz entre las ciudades del Véneto. Bartolomé murió el 1 de julio de 1271 y fue beatificado en 1793.