Salud y bienestar

Sordera en niños, y la ‘magia’ de los implantes cocleares para volver a oír

Uno de cada tres españoles afirma no haberse revisado nunca la audición, según un estudio
Implante coclear en niños.MED-EL (Foto de ARCHIVO)08/02/2017larazonMED-EL

En España unas 15.000 personas sordas portan un implante coclear, según la Confederación Española de Personas Sordas (FIAPAS), el 60% adultos, y es que este dispositivo electrónico actualmente representa el mejor tratamiento contra la sordera grave o definitiva, y permite oír de nuevo a quien ya se creía sordo de por vida, gracias a que sustituye la función dañada del oído.

En concreto, se considera ‘cofosis’ o sordera profunda a la pérdida total de audición en uno o en los dos oídos, un problema que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a 360 millones de personas, de los que alrededor de 34 millones son niños.

A pesar de estas cifras, según destaca el doctor Rafael Ruíz-Rico, responsable del servicio de Otorrinolaringología de Quirónsalud Málaga, se han reducido “drásticamente” el número de personas sin tratamiento para la sordera profunda, y más concretamente los casos de sordera profunda en recién nacidos, gracias a los últimos avances en otorrinolaringología, con los implantes cocleares a la cabeza, y a la detección temprana de esta enfermedad.

“La introducción de los implantes cocleares y su colocación, tanto en niños como en adultos, permite a los afectados oír y, en el caso de los niños, propicia un desarrollo y aprendizaje correctos del lenguaje. Además, los pacientes logran una óptima integración social, escolar, y laboral, afianzan la autoconfianza y la autoestima, y se pueden comunicar e interactuar de manera más efectiva”, celebra el experto.

Este especialista, que dirige el programa de Detección Precoz de la sordera en Quirónsalud Málaga, resalta que en el caso de los niños es importante corregir la cofosis a tiempo, ya que sin una adecuada audición será difícil el desarrollo de un efectivo grado de lenguaje. Según indica, las áreas cerebrales del lenguaje se ponen en marcha y se estimulan gracias a que llegan los sonidos de las palabras.

“Así aprendemos a identificar objetos, a las personas por su nombre, repetimos sílabas, luego palabras, formamos las frases, y se pone en marcha el complejo mecanismo del lenguaje; un proceso que tiene lugar durante los primeros años de vida de forma que, pasados los primeros 2, el cerebro del niño comienza a perder plasticidad y, transcurridos los 5, ya será muy difícil que consiga alcanzar un lenguaje normal”, sostiene el otorrino de Quirónsalud Málaga, centro que recientemente ha sido certificado por Applus+ con el sello ‘Protocolo Seguro frente al Covid-19’ tras comprobar que es un espacio protegido, controlado y alineado con los estándares más exigentes frente al coronavirus.

UNA VIDA TOTALMENTE NORMAL

De hecho, celebra que hay personas totalmente sordas o gravemente sordas que, gracias a los implantes cocleares, han podido volver a hacer una vida normal, y hablar por teléfono, ver la televisión, mantener una conversación o incluso escuchar música, por ejemplo. Aquí el doctor Ruíz-Rico recuerda que el primer implante coclear realizado en Europa fue en 1957, por el francés André Djourno.

La Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC) precisa que se trata de un dispositivo que se implanta quirúrgicamente en personas que ya tienen una sordera de tal grado que no les sirven las prótesis auditivas. “Éste transforma la energía sonora en impulsos eléctricos, que se transmiten directamente hasta nervio auditivo; de forma que las personas pueden volver a oír”, indica la sociedad científica.

En términos generales, la SEORL dice que el implante coclear está indicado en los pacientes prelocutivos (aquellos que perdieron la audición en un periodo previo al desarrollo del lenguaje oral) y en los postlocutivos (aquellos en los que el déficit auditivo se presentó cuando ya habían adquirido el lenguaje).

“Hay dos grupos susceptibles, los niños que nacen sordos, que si no se les rehabilita audición no podrán desarrollar el lenguaje. Luego aquellos que han perdido la audición a lo largo de su vida pero han escuchado antes”, sostiene en este sentido el especialista de Quirónsalud Málaga, al tiempo que precisa que personas de cualquier edad pueden operarse, “siempre y cuando su sordera sea definitiva o casi definitiva y los audífonos no le aporten ayuda”.

Finalmente, el otorrino precisa que los implantes cocleares disponen de dos partes:

  • El procesador externo, que el paciente debe quitarse para la higiene o para dormir. “Conocido como ‘procesador de voz o de sonido’, dispone de un micrófono para captar la señal sonora, una unidad de baterías para alimentar el dispositivo, una bobina y la electrónica necesaria para procesar la señal. Aquí se recibe la información auditiva y se transforma en una señal eléctrica”, precisa.
  • Mientras, la parte interna, o receptor-estimulador, se introduce en el paciente mediante un acto quirúrgico y queda aislada del exterior. “Se implanta quirúrgicamente dentro del hueso temporal donde se aloja el oído, del que sale una guía de electrodos que se introducen en la cóclea (oído interno)”, añade.

La implantación se efectúa en menos de 2 horas y consiste en la introducción de un electrodo en el oído interno (cóclea o caracol) que estimula directamente las fibras del nervio auditivo, según precisa. “Las señales sonoras externas las recoge un micrófono externo, similar a un audífono convencional, que las enviará a este electrodo implantado, consiguiéndose que personas con sordera profunda consigan oír”, afirma.

Eso sí, el doctor Rafael Ruíz-Rico remarca que, aunque las personas hasta entonces sordas recuperan totalmente su total independencia, no se restablece al 100% la audición normal. “Se oye de otra manera. Estos dispositivos restablecen una audición casi normal, ya que son herramientas que ayudan a procesar los sonidos y el lenguaje y transmitirlos al cerebro”, según matiza el otorrino.

“Los pacientes reciben un mensaje distorsionado, que representa a la onda sonora inicial pero que ha perdido gran parte de su estructura. Esa es la razón de que el implantado tenga que aprender de nuevo a entender. Ayudarle y guiarle en esta tarea es la función fundamental de la rehabilitación logopédica. En los pacientes postlocutivos el proceso es relativamente sencillo: el individuo sólo tiene que aprender a correlacionar la nueva información que recibe con la memoria auditiva que posee”, agrega la SEORL.