Pandemia
Sanidad no para de dar bandazos con la vacuna de AstraZeneca
La campaña de vacunación contra la Covid-19 se ha convertido en una muestra más de la improvisación y el apego por la propaganda del Gobierno durante toda la pandemia, retratando de paso la inoperancia y la falta de liderazgo de un Ministerio, el de Sanidad, que tampoco mejora con la llegada de Carolina Darias y la salida de Salvador Illa. En apenas un mes, nuestra autoridad sanitaria no ha parado de dar bandazos con las dosis de AstraZeneca: si primero recomendaba su uso sólo para los menores de 55 años, después pasó a elevar el tope hasta los 65, para más tarde desaconsejarlo, fijarlo luego entre los 60 y los 65 años, y horas más tarde extenderlo hasta los 70. Un dislate que no contribuye a generar confianza sobre las vacunas entre la población y que sólo es comparable con la inaudita comparecencia pública de Pedro Sánchez. Con gran tumulto mediático, el presidente alardeó de una cercana inmunidad de rebaño cuando, en realidad, ésta no hace más que retrasarse. Hace semanas, el Ejecutivo y el propio Ministerio de Sanidad pregonaban que se alcanzaría antes del verano. Luego variaron su discurso para introducir el matiz de que se lograría a lo largo del mismo, y ahora se fija la fecha para antes de que finalice agosto, lo que hará saltar por los aires la campaña de vacaciones y la esperada recuperación económica.
Lo más triste de todo, sin embargo, no es eso, sino que apenas 24 horas después de que Sánchez hablara con tintes electoralistas, la UE desmontaba su plan, al acentuar sus dudas sobre AstraZeneca, lo que ralentizará aún más la inmunización. Una vez más, el plan B lo han empezado a buscar las autonomías con la vacuna rusa Sputnik, dada la inoperancia de Sanidad.
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