Entrevista
«El sector salud genera el 4,4% de las emisiones y el objetivo es que sea cero en 2050»
La huella climática de este sector es el equivalente a las emisiones anuales de 514 centrales eléctricas de carbón, explica el Dr. Felipe Villar, jefe asociado de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y promotor del proyecto MAS+, Medio Ambiente y Salud. Pero, ¿en qué ámbitos de un hospital se generan las mayores emisiones de dióxido de carbono?
-¿Cómo afecta la contaminación a la salud?
Es el factor de riesgo medioambiental más importante para la salud. A los ya conocidos efectos a nivel cardiovascular y respiratorio, se unen otros muchos que han revelado estudios recientes, como las infecciones, el cáncer, las enfermedades endocrinológicas o los efectos negativos en la fertilidad, el embarazo y, los recién nacidos. Además, otros efectos sobre la salud pueden repercutir sobre la calidad y años de vida. Se estima que la contaminación del aire es causante de 790.000 muertes al año en Europa. Las emisiones a la atmósfera relacionadas con el cambio climático pueden agravar los efectos de la contaminación del aire sobre la salud de los ciudadanos, no sólo directamente por el impacto en los fenómenos meteorológicos, sino de manera inmediata, por los efectos directos de los contaminantes para la salud.
-¿Cuántas emisiones genera el sector de la salud? ¿Y en nuestro país?
La huella climática del sector de la salud equivale al 4,4% de las emisiones globales netas (dos gigatoneladas de CO2), el equivalente a las emisiones anuales de 514 centrales eléctricas de carbón. Si el sector de la salud fuese un país, sería el quinto emisor de huella de carbono. En España, la huella de carbono de este sector representa el 4,5% de la de todo el país.
-¿En qué ámbitos se generan las mayores emisiones de un hospital?
El sector de la salud contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero en un 71% a través a través del consumo de la cadena de suministro, la producción, el transporte y la disposición de servicios, como, por ejemplo, los productos farmacéuticos, los alimentos o los dispositivos médicos. Un 17% corresponde a las emisiones directas de los hospitales, y otro 12% de las emisiones indirectas procedentes de fuentes de energía comprada, como electricidad, vapor, refrigeración o calefacción.
-La Fundación Jiménez Díaz se ha adherido a la declaración de emergencia climática. ¿Qué supone en la práctica?
Conlleva un ejercicio de reconocimiento de que el cambio climático afecta a la salud de la población, y especialmente de nuestros pacientes crónicos, y otro de responsabilidad del personal y la institución en ser los primeros en abogar y contribuir en la lucha contra el cambio climático, y así proteger la salud de nuestros pacientes.
-¿En qué consiste el programa MAS+, Medio Ambiente y Salud para reducir el impacto de la asistencia sanitaria que pusieron en marcha a principios de año?
Nació con la idea de desarrollar iniciativas en distintos ámbitos de la actividad del hospital para reducir la huella de carbono generada por la práctica sanitaria. Estas medidas están ligadas a realizar recomendaciones o protocolos sobre actos médicos, favoreciendo la digitalización, la innovación y la sostenibilidad, promover campañas de concienciación, así como la formación y la investigación en la reducción de la huella de carbono, mejorar la sostenibilidad de la cadena de suministro del sector, promover el uso de recursos sostenibles, sistemas de iluminación y calefacción eficientes, videoconferencias, etc.
-¿Van a implementar energías renovables?
Estamos aumentando las medidas en este sentido, implementando compras de máxima eficiencia para contar con sistemas de energía renovables que hagan nuestro hospital más eficiente tanto en su actividad sanitaria como en la disminución de la huella de carbono.
-A nivel del paciente, ¿se pueden reducir las emisiones?
Hay dos tipos de fármacos que generan una huella de carbono potente: los gases utilizados para anestesia, como el óxido nitroso y los gases fluorados, y los inhaladores que usan como propelente los hidroflurocarbonos (pMDI). Por tanto, siempre priorizando la salud de los pacientes, es fundamental intentar minimizar el uso de inhaladores pMDI en favor de sistemas que no usen gases con efecto invernadero, como los DPI y SMI. Estos tienen una huella de carbono 18 veces menor que los pMDI, y han demostrado que son igual de efectivos. El uso de un inhalador pMDI durante un mes, periodo para el que suele prescribirse, equivale a la huella de carbono que genera un coche que debe recorrer una distancia de casi 300 kilómetros, mientras que el empleo durante el mismo tiempo de un inhalador DPI o SMI genera la que recorrería el mismo vehículo a lo largo de sólo seis km.
-¿Cuál es el verdadero reto de cara a lograr reducir la huella de carbono de un hospital?
Reducir la huella climática del sector de la salud, sobre todo en los ámbitos que generan mayor huella de carbono. También se debe apoyar la transición hacia las energías limpias y renovables, implementar planes de acción para fomentar la prevención y el cuidado de la salud climáticamente inteligente y fomentar la investigación en cambio climático y salud. Todo ello con el objetivo de alcanzar un cuidado de la salud con emisiones cero para 2050.
-¿Cree que debe haber un mayor impulso de los servicios no presenciales y el teletrabajo, haciéndolo incluso obligatorio en aquellos sectores donde sea posible, para conseguir una mejor salud medioambiental?
Desde mi punto de vista, el impulso de los servicios no presenciales y el teletrabajo, ligado a la defensa de políticas de transporte activo y aire limpio, reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, a la vez que mejoran la salud y el estado físico general, reduciendo la carga actual y futura de enfermedades. En aquellos sectores donde sea posible implantarlo también se debe analizar el beneficio de eficiencia en términos de sostenibilidad medioambiental.
-¿Qué hace usted en su día a día por reducir su huella de carbono? ¿Se ha marcado algún reto a nivel personal?
A título personal intento utilizar medios de trasporte sostenibles, reducir la emisión innecesaria de energías como la electricidad o el aire acondicionado, y favorecer el reciclado de residuos. Profesionalmente, mi reto es invertir en el programa MAS+ y abogar por disminuir la huella de carbono de los actos médicos y sus tratamientos con aplicación de un uso más eficiente y sostenible. Mi deseo es que todos nos marquemos un pequeño reto diario e intentemos llevarlo a cabo. No pensemos que los demás lo harán por nosotros. Sólo tenemos un planeta y no hay plan B.
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