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«Mi vida con el corazón de un donante que dio positivo en covid»

«Confías, no te queda otra, pero recuerdo que pensé ‘’a ver si luego me contagio con el trasplante’'», reconoce Esther Mondéjar, la primera paciente a la que le trasplantaron un órgano de una persona con una PCR positiva. Es, además, una de las 118 personas que salvaron su vida gracias a los 47 donantes que fallecieron tras superar la covid

Esther Mondéjar
Esther MondéjarLa RazónLa Razón

Esther Mondéjar, de Molina de Segura (Murcia), fue la primera paciente a la que le trasplantaron un órgano de una persona con una PCR positiva en Covid-19. Su caso, adelantado en su día por «La Verdad», marcó un antes y un después en los protocolos relativos a la donación de órganos. De hecho, ya se han trasplantado los órganos de otras dos personas más que dieron positivo en Covid. Pero al principio, incluso trasplantar el órgano de una persona que había superado la covid sembraba dudas. La investigación permitió salvar vidas.De hecho, los 47 donantes que fallecieron tras superar la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 permitieron realizar 120 trasplantes y salvar a 118 personas. Y, en el caso de los tres donantes que seguían con PCR positiva, se realizaron seis trasplantes (dos riñones, dos hígados y dos corazones) y se salvó la vida a cinco personas, según los datos facilitados por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

«Recuerdo que el 27 de diciembre me llamaron del hospital. Eran las 00:30 cuando sonó mi móvil. Tenían un corazón para mí. Cuando llegué me dijeron que era de una persona joven que había fallecido y que el órgano era idóneo para mí. Mi cardiólogo me explicó que hacía un par de meses que había pasado la covid, pero había dado positivo en la PCR. Cuando me lo dijeron me quedé en blanco, pero confías en ellos porque son los que saben y, bueno, porque otra opción tampoco tengo, recuerdo que pensé».

Todo fue rápido. Muy rápido de hecho, porque Esther había entrado en octubre en la lista de espera para un órgano. «Me dijeron que en principio esperaría entre seis meses y un año. Y con esto de la covid pensé que iba a ser más tiempo, no ese año sino al siguiente».

Temía ir al hospital «por el riesgo de contagiarme. Aunque no sabía si tenía más miedo del trasplante o del virus al estar flojita del corazón. Se juntó todo. Te dejas llevar, aunque recuerdo que pensaba ‘’¡a ver si luego cojo la covid con el trasplante!’’». Los médicos le explicaron que el problema hubiera sido si se tratara de los pulmones, pero que no habría problema con el corazón, así que confió en ellos.

El problema cardiovascular de Esther, de 46 años, comenzó cuando tenía 26 o 27. «Tuve un linfoma no Hodgkin. Me dieron quimio y radioterapia y me sometieron a un auto trasplante de médula. Son tratamientos muy agresivos y algunos causan toxicidad en el corazón. Me curé del linfoma y cuando me quedé embarazada empecé a notarme muy cansada en el tercer trimestre. Me adelantaron el parto y resulta que mi corazón trabajaba de más. Di a luz, finalmente fue un parto natural, y a los tres días tuve que volver a urgencias por una miocardiopatía dilatada que derivó en una insuficiencia cardíaca. Me empezó a ver el médico, me puso en tratamiento pero mi corazón no se llegó a recuperar. En los últimos años empezó a estar más flojo, tienes menos fuerzas pero te acostumbras. En septiembre de 2020 mi cardiólogo me dijo que lo mejor en mi caso era el trasplante. Ingresé el primer fin de semana de octubre y entré en la lista de espera», recuerda Mondéjar.

Hoy, transcurrido casi un año, cuenta a A TU SALUD cómo fue el proceso: «La operación fue muy bien, aunque tuve una pequeña hemorragia por la que, al momento de salir, me tocó entrar otra vez al quirófano. Luego pasé a UCI y cuando estaba mejor me subieron a planta. Pero como no expulsaba bien los líquidos tuve que volver a la UCI para que me hicieran una diálisis. El 2 de febrero me dieron el alta».

Desde entonces Esther tiene más fuerza. «Al principio te tienes que adaptar al órgano y él a ti. Notaba sus latidos muy fuertes, y, claro, es que estaba sano. Pero por la noche lo notaba muchísimo y eso me costaba un montón al principio».

«Me gustaría viajar, pero vamos con poder hacer las cosas diarias y encontrarme bien me basta, es lo más importante». Así, ahora «disfruta» de poder subir una cuesta. «Voy poco a poco. No me excedo. Me gusta pasear, así que en cuanto esté mejor saldré». Mientras, Esther ya ha recibido la tercera dosis de Pfizer y no entiende cómo hay personas que se niegan a vacunarse: «Primero por ellos, no sé cómo se atreven a ponerse en riesgo, porque se la están jugando, y luego les diría que piensen en los demás, que empaticen sobre todo con los que estamos inmunodeprimidos».

Al menos 15 donantes con PCR positiva en el mundo

En el mundo se han notificado al menos «55 donantes que superaron la covid y que permitieron realizar 68 trasplantes. A ellos hay que sumar otros 15 con PCR positiva y que salvaron la vida de 25 pacientes», explica Mario Fernández-Ruiz, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario del 12 de Octubre, tras la XVII Reunión Nacional de Coordinadores de Trasplantes y Profesionales de la Comunicación.

«La mayoría de los pacientes –prosigue– murieron después de tener covid o con covid pero no por la covid». «Esto es muy importante, de ahí el criterio de no trasplantar pulmones, ya que es donde podría haber carga viral», añade el experto, que ve «poco probable que se acaben trasplantando órganos de pacientes fallecidos por covid, primero por los daños, ya que genera daño multiorgánico y el riesgo altísimo de transmisión del virus en ese caso».