Estudio
A un paso de probar la primera herramienta que diferencia entre el paro cardíaco súbito tratable y el no tratable
Cada día mueren en España 350 personas de media por enfermedades cardiovasculares. En caso de parada cardíaca cada minuto cuenta. Así, en EE UU, la parada cardiaca súbita fuera del hospital se cobra al menos 300.000 vidas al año y, de ellos el 90% morirá en los 10 minutos siguientes a la parada cardíaca.
Con el objetivo de mejorar la prevención, un equipo de científicos clínicos del Instituto del Corazón Smidt del Cedars-Sinai de Nueva York (Estados Unidos) ha desarrollado un algoritmo clínico que, por primera vez, distingue entre el paro cardíaco súbito tratable y las formas intratables de esta enfermedad.
Los resultados, publicados en el “Journal of the American College of Cardiology: Clinical Electrophysiology”, podrían ayudar a prevenir de algún modo la pérdida inesperada de la función cardiaca al haber identificado factores de riesgo clave.
Y es que “no todas las paradas cardíacas súbitas son iguales”, afirma el doctor Sumeet Chugh, director del Centro de Prevención de Paradas Cardíacas y autor principal del estudio. “Hasta ahora, ninguna investigación anterior había distinguido entre la parada cardiaca súbita potencialmente tratable y las formas intratables que causan la muerte en casi todos los casos”, recuerda en un comunicado.
Para esta afección, la prevención tendría un profundo impacto. Sin embargo, el mayor reto consiste en distinguir entre los que más se beneficiarían de un desfibrilador cardioversor implantable y los que no.
“Los desfibriladores son caros e innecesarios para personas con el tipo de parada cardiaca súbita que no responde a una descarga eléctrica. Sin embargo, para los pacientes con formas tratables, o ‘susceptibles de recibir una descarga’, un desfibrilador les salva la vida”, explica Chugh, que destaca que esta nueva investigación proporciona un algoritmo de evaluación del riesgo clínico que puede identificar mejor a los pacientes con mayor riesgo de sufrir una parada cardíaca súbita tratable.
En concreto, el algoritmo de evaluación del riesgo consta de 13 variables clínicas, electrocardiográficas y ecocardiográficas que podrían poner a un paciente en mayor riesgo de sufrir una parada cardiaca súbita tratable.
Los factores de riesgo son la diabetes, el infarto de miocardio, la fibrilación auricular, el ictus, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, los trastornos convulsivos, el síncope -pérdida temporal de la conciencia causada por una caída de la presión arterial- y cuatro indicadores distintos hallados con una prueba de electrocardiograma, incluida la frecuencia cardíaca.
“Este algoritmo, el primero de su clase, tiene el potencial de mejorar la forma en que actualmente predecimos la parada cardiaca súbita. Si se valida en ensayos clínicos, podremos identificar mejor a los pacientes de alto riesgo y, por tanto, salvar vidas”, asegura el doctor Eduardo Marbán, director ejecutivo del Instituto del Corazón Smidt.
El estudio de investigación utilizó datos de dos estudios plurianuales en curso fundados por Chugh. El Estudio de Muerte Súbita Inesperada de Oregón es una evaluación exhaustiva de las paradas cardíacas súbitas entre el millón de residentes del área metropolitana de Portland (Oregón). Y el Ventura Prediction of Sudden Death in Multiethnic Communities (PRESTO), con aproximadamente 850.000 residentes.
El siguiente objetivo es poner a prueba su algoritmo de evaluación del riesgo.
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