Pacientes
Insomnio, el efecto «secundario» desconocido del VIH
Los trastornos del sueño afectan a entre el 60-70% de las personas con esta enfermedad
Los problemas para dormir y conciliar el sueño son de los más comunes entre la población. Según datos de la Sociedad Española de Neurología, un 25-35% de la población adulta padece insomnio transitorio y entre un 10-15% –más de cuatro millones de españoles– lo sufre crónico. Estas son cifras generales. Pero lo que poca gente sabe es que las personas con VIH son especialmente propensas a padecer trastornos del sueño, por lo que este dato se ve incrementado en esta población. Así, según muchos estudios, presentan una prevalencia de entre el 60-70% de alteraciones del sueño.
Es cierto que las personas que viven con VIH presentan una mayor tasa de ansiedad y depresión. No es de extrañar, por tanto, que presenten también mayores índices de insomnio. Pero, en cualquier caso, es un tema tan poco conocido como estudiado y, a pesar de la frecuente presencia de trastornos del sueño, poco se sabe sobre la causa de este problema en quienes viven con VIH. Muchos lo atribuyen al empleo de los fármacos antirretrovirales. Sin embargo, los estudios realizados en este sentido son escasos y poco concluyentes. Tampoco existen trabajos que vayan más allá de la descripción de los propios pacientes sobre la calidad de su sueño. Por eso es recomendable que lo comenten con su médico para buscar una solución conjunta.
Las personas con VIH ven aún más deteriorado su sistema inmunológico debido a los trastornos del sueño que comienzan a padecer con la enfermedad. Es común que no puedan conciliar el sueño, tengan despertares frecuentes durante la noche o, simplemente, no puedan dormir en el horario convencional.
Atención médica
En cualquier caso, e igual que en otros pacientes, existe un amplio abanico de opciones terapéuticas para combatir los síntomas. El problema es que los profesionales sanitarios suelen estar poco atentos. Y eso a pesar de que se ha señalado que el sueño es un factor que influye de forma determinante en la calidad de vida de estos pacientes.
«Los pacientes informan de un mayor número de síntomas que los estimados por los médicos. Especialmente, ansiedad, tristeza y fatiga», destaca María José Fuster, doctora en psicología con VIH desde 1989 y en la actualidad directora de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), en las conclusiones de un estudio realizado por Seisida, en colaboración con Gilead, que se presentó en el Congreso de la Sociedad Europea del Sida 2021 (EACS2021).
En este trabajo, los médicos señalan también que el insomnio y los mareos son los síntomas más frecuentes que llevan a los pacientes a interrumpir su tratamiento.
Más información en la página web eresvihda.es.
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