Psicología

Se llama misokinesia y es la razón por la que no toleras a la gente inquieta

Algunos casos son tan graves que los afectados pueden llegar a interrumpir sus actividades para tratar de parar el comportamiento que ha desencadenado su reacción en primer lugar

Estrés, ansiedad, falta de comunicación entre los equipos o inseguridad son solo algunas de las principales causas que sufren miles de empleados
La contención emocional que padecen los afectados por esta condición suele derivar en depresión, ansiedad y en trastornos psicosomáticos | Fotografía de archivoLa RazónLa Razón

Un grupo de investigadores de la Universidad Columbia Británica (Canadá) le ha dado nombre a un fenómeno psicológicoque afecta a un tercio de la población mundial y con el que seguramente ya estés familiarizado. Se llamamisokinesiay es la “fuerte respuesta afectiva o emocional negativa ante la visión de los movimientos pequeños y repetitivos de otra persona”, explicó uno de los científicos, llamado Sumeet Jaswal, en la revista Scientific Reports.

Los investigadores explican que se trata de una reacción problemática y negativa que genera irritación en quienes la experimentan, que puede afectar a su concentración y que puede -incluso- hacerles interrumpir sus actividades para tratar de parar el comportamiento que ha desencadenado su reacción. Es un fenómeno muy parecido a la misofonía, que es la tendencia a la respuesta negativa que generan los sonidos o ruidos que emiten otras personas.

Debemos conocernos a nosotros mismos y entender cuáles son nuestros patrones mentales, para así averiguar en qué estamos fallando | Fotografía de archivo
Debemos conocernos a nosotros mismos y entender cuáles son nuestros patrones mentales, para así averiguar en qué estamos fallando | Fotografía de archivolarazon

Una reacción exagerada

El primer estudio que destapó este fenómeno psicológico surgió a raíz de que uno de los científicos, Todd Handy, se percatase de la respuesta hostil que tenía su esposa hacia alguno de sus comportamientos automáticos. Fue entonces cuando el neurocientífico se planteó si habría alguna explicación científica a aquella respuesta instintiva de su mujer.

Así que se propuso hacer un experimento, junto con sus compañeros Sumeet Jaswal y Andreas De Blesser. Entre los tres consiguieron reunir a más de 4.000 personas, los clasificaron por edades, sexo, etc y les sometieron a un cuestionario que incluía preguntas como “¿Te molesta ver el pie de otra persona temblar, o verlos golpetear con los dedos?” o “¿Te molesta percibir la irritación en otras personas?”.

En total, más del 30% de los encuestados describió experimentar frustración, ira y ansiedad al ver este tipo de gestos en otras personas. De hecho, la intensidad de su reacción es tan fuerte que ni siquiera son capaces de volver a centrarse en lo que estaban haciendo, si no se libran de ese estímulo (ya sea deteniéndolo o marchándose a otro lugar).

Otro descubrimiento interesante fue el observar cómo la reacción emocional era más intensa cuanto más tiempo lo observe... es algo a lo que el afectado no se puede acostumbrar. Es más, lo que también se pudo comprobar durante el estudio es que aquellos grupos poblacionales de mayor edad experimentaban mayor misokinesia. Es decir, que a medida que uno se hace más viejo, su respuesta emocional es aún más grande.

A medida que uno se hace más viejo, la misokinesia es más grande
A medida que uno se hace más viejo, la misokinesia es más grandelarazon

Aún no se sabe con certeza por qué ocurren estas reacciones negativas ante los movimientos de terceros. Sin embargo, los especialistas creen que la misokinesia puede tener conexión con las “neuronas espejo”; que son aquellas que se activan cuando nos movemos, pero también cuando vemos que otros se mueven. Es decir, que si esta hipótesis fuese cierta, lo que nos estaría diciendo que una persona que padeciese misokinesia es -en realidad- una persona empática; ya que las personas que lo experimentan, pueden reflejar cuando alguien está nervioso y sentirse ansiosos o nerviosos también, aunque se trata aún de hipótesis que no han podido demostrar.