Cáncer

Así actúa la radioterapia «flash» de protones que es más eficaz contra los tumores difíciles

Un estudio pionero realizado en humanos demuestra que es un técnica eficaz y segura

Distribución de la radiación en el cuerpo siendo representando el marrón la mayor intensidad y el azul oscuro la menor. A la izquierda se observa la distribución conseguida con radioterapia de intensidad modulada, a la derecha con protonterapia de intensidad modulada (un tipo de radioterapia.
Distribución de la radiación en el cuerpo siendo representando el marrón la mayor intensidad y el azul oscuro la menor. A la izquierda se observa la distribución conseguida con radioterapia de intensidad modulada, a la derecha con protonterapia de intensidad modulada (un tipo de radioterapia.Taheri-Kadkhoda et al. Radiation Oncology 2008Creative Commons

La Oncología va a pasos agigantados gracias a la investigación científica, lo que está permitiendo curar un alto porcentaje de tumores con éxito para el paciente. Y de la mano, la evolución de la radioterapia resulta también fulminante y muy prometedora. Buena prueba de ello es que el tratamiento de radiación «flash» de protones, que administra dosis terapéuticas de radiación en una fracción de segundo, puede ser prometedor como tratamiento potencial para tumores difíciles de eliminar, tal y como sugiere un primer estudio en humanos en un pequeño número de personas con cáncer de hueso.

En el estudio, dado a conocer por la Sociedad Estadounidense de Oncología Radioterápica (ASTRO), se administró radiación de tasa de dosis ultra alta a 10 pacientes, de 27 a 81 años de edad, cada uno con una a tres metástasis óseas dolorosas en las extremidades. En concreto, los tratamientos se administraron en un total de 12 lugares donde ya existía metástasis, como en los brazos y las piernas de los pacientes. Así, los afectados recibieron 8 Gy de radiación en una sola fracción, administrados a 40 Gy por segundo a través de un sistema de terapia de protones habilitado con «flash».

Los resultados no se hicieron esperar, ya que el dolor, el uso de analgésicos y los eventos adversos se analizaron en varias ocasiones, tanto el día del tratamiento, como a los 15 días posteriores de haber recibido su aplicación, además de uno, dos y tres meses después del tratamiento. Los investigadores continuaron midiendo estos resultados cada dos meses hasta algo más de un año después del inicio del trabajo. Así, siete de los 10 pacientes experimentaron un alivio total o parcial del dolor. De los 12 sitios tratados, el dolor se alivió por completo en seis sitios y parcialmente en dos sitios adicionales. Sin embargo, se confirmó que se produjeron brotes temporales de dolor en cuatro de los 12 sitios tratados, aunque en todos los casos los efectos secundarios del tratamiento fueron leves.

¿Qué es la radioterapia «flash»?

La radioterapia «flash» (RT) administra radiación a tasas de dosis que son más de 300 veces más altas que las utilizadas en los tratamientos de radiación convencionales. Esto induce un fenómeno conocido como efecto «flash», que reduce el daño que puede ocurrir al tejido normal que rodea un tumor durante la radioterapia convencional, al mismo tiempo que destruye las células cancerosas en el sitio del tumor.

«Nuestro estudio muestra que la radioterapia “flash” con protones es una modalidad práctica para reducir el dolor. Merece una mayor exploración debido a su potencial para disminuir los efectos secundarios asociados con los tratamientos de radiación convencionales», asegura Emily C. Daugherty, autora principal del estudio y profesora asistente de Oncología de radiación clínica en el Centro de Cáncer de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos.

«Debido a que la radioterapia “flash” se administra a tasas de dosis ultra altas, parece causar menos lesiones en los tejidos normales. Esto ofrece la posibilidad de administrar dosis más grandes de radiación, lo que podría resultar en tasas de curación más altas para pacientes con tumores resistentes, sin aumentar los efectos secundarios», destaca John Breneman, investigador principal del ensayo y profesor de Oncología radioterápica y Neurocirugía en el Centro de Cáncer de la Universidad de Cincinnati.

La mayoría de las primeras investigaciones sobre radioterapia «flash» utilizaron haces de electrones para administrar la radiación, pero estos haces no penetran muy profundamente en el tejido, lo que limita su aplicabilidad para este enfoque de tratamiento. El uso de haces de protones para radiación de tasa de dosis ultra alta permite una penetración suficiente para llegar a las ubicaciones de los tumores en la mayoría de las personas, pero hasta ahorael tratamiento nunca se había probado en un ensayo clínico en humanos.

Los investigadores eligieron pacientes que habrían recibido radioterapia convencional en la misma dosis que recibieron con «flash». «Utilizamos exactamente el mismo régimen, pero con radiación de tasa de dosis “flash”. La experiencia del paciente es la misma que si hubiera recibido radiación convencional, solo que el proceso de administración del tratamiento es más corto», detalla Daugherty. En concreto, cada tratamiento «flash» tarda alrededor de 3/10 de segundo. Después del tratamiento, tanto el alivio del dolor como los efectos secundarios coincidieron con lo que podría haber ocurrido con la radiación convencional. «No vimos ninguna toxicidad adicional inesperada con el tratamiento sustancialmente más corto», aseguran los investigadores.

Por todo ello, la radioterapia «flash» sería potencialmente más útil en el tratamiento de cánceres difíciles de eliminar en el cerebro, los pulmones o el área gastrointestinal, donde el tejido sano que rodea los tumores es particularmente vulnerable a la exposición a la radiación. Sin embargo, los ensayos clínicos en estos sitios no pueden autorizarse hasta que los estudios demuestren que la radiación de tasa de dosis ultra alta es segura y efectiva en otras áreas menos sensibles. La FDA limitó su aprobación para este estudio a adultos con metástasis óseas en brazos y piernas, áreas con un riesgo mucho menor en caso de que surgieran complicaciones. Además, también podría ser útil en el tratamiento de cánceres pediátricos, ya que los niños son más sensibles a los efectos secundarios de la radioterapia. Pero se necesita hacer mucha más investigación.