Reproducción asistida

Cómo influye el estilo de vida en los resultados de los tratamientos de reproducción asistida

Está constatado que los hábitos de vida nocivos pueden afectar negativamente a la fertilidad tanto de hombres como de mujeres, e incluso, ser una causa de infertilidad

Los hábitos de vida saludables contribuyen a mejorar la salud reproductiva
Los hábitos de vida saludables contribuyen a mejorar la salud reproductivaPixabay

Comencemos por algo innegable, cada inicio de año es muy común replantearse el estilo de vida y fijarse como meta practicar hábitos más saludables, es decir, durante los primeros días del año el tema del «estilo de vida» es habitual en las noticias de los medios de comunicación y las conversaciones de la gente. Y si esto es así de forma general en la mayoría de los seres humanos, imagínese en aquellos que tienen decidido el propósito de intentar ser padres. Por eso, dado en la fecha en la que estamos, en la que solo hace tres días comenzamos el 2023, hemos creído oportuno explicar para los que desean lograr la maternidad y paternidad en este año, la importancia de tener hábitos saludables si se va a comenzar a buscar un embarazo.

De todos es sabido que una mala alimentación y el consumo de tabaco y alcohol afectan a la fertilidad, pero vamos a centrarnos en cómo influyen estos y otros factores en el resultado de los tratamientos de reproducción asistida a los que hay que recurrir cuando existe una infertilidad ya diagnosticada. Para ello, contamos de nuevo con nuestro habitual asesor especialista en medicina reproductiva, el doctor Jan Tesarik, director de Clínica MARGen, en Granada.

Ante todo, el citado doctor, lo primero que declara es que unos buenos hábitos de vida no solo ayudarán a que aumente la tasa de éxito del tratamiento, sino que contribuirá al correcto desarrollo del embarazo y a la salud del bebé. A continuación, vamos a preguntarle las dudas más frecuentes respecto a este tema.

Doctor, está demostrado que tanto el exceso como la falta de peso pueden influir negativamente en la fertilidad, ¿qué tiene que decir en este punto?

Lo cierto es que es que en parejas que tienen que recurrir a tratamientos como la inseminación artificial o la fecundación in vitro, si es necesario, es muy habitual que el médico indique previamente aumentar o disminuir el peso del hombre o de la mujer. Por ejemplo, tanto la obesidad como el bajo peso puede afectar al ciclo menstrual de la mujer e impedir la ovulación, y evidentemente, sin ovulación no hay posibilidad de embarazo. Por otro lado, la calidad de los espermatozoides está también afectada por el sobrepeso o la obesidad. Cabe recordar que las anomalías de peso no siempre resultan de una alimentación inadecuada, en algunos casos están causadas por anomalías del sistema endocrinológico, tales como prediabetes, diabetes y anomalías de la glándula tiroidea. Para diagnosticar correctamente estas anomalías es recomendable visitar una clínica especializada, la cual efectuará los exámenes diagnósticos necesarios y prescribirá los tratamientos adecuados.

¿Y respecto a los fumadores?

El tabaco es un agente muy dañino tanto para el aparato reproductor femenino como masculino, pues afecta directamente a la gametogénesis, es decir, a la formación de los óvulos y de los espermatozoides. Los hombres fumadores tienen una calidad seminal más baja, y el tabaco también provoca daños en el ADN de los espermatozoides. En cuanto a las mujeres, afecta a su reserva ovárica y a la calidad ovocitaria. Mi recomendación es que es aconsejable dejar el tabaco mucho antes de iniciar los tratamientos.

¿Es cierto que consumir alcohol durante el embarazo produce un mayor riesgo de aborto espontáneo?

Sí, y no solo eso, sino que también provoca una disminución importante de la tasa de éxito de la implantación y puede provocar trastornos psicológicos del futuro bebé e incluso defectos en su corazón, el cerebro y otros órganos importantes, problemas que pueden durar toda la vida.

Vayamos ahora a otros factores externos relacionados con los hábitos de vida que pueden reducir el porcentaje de éxito de los tratamientos de reproducción asistida. Doctor, ¿podría describirnos los más frecuentes?

Uno de ellos, aunque no hay evidencias clínicas, es el estrés continuo derivado de situaciones personales o profesionales, y aquí hago un importante inciso, el estrés suele ser una de las principales causas por las que muchos pacientes deciden no continuar el proceso si ya han tenido una experiencia fallida, por ello, es muy importante prestarle atención a este factor. Por otro lado, puede influir incluso el lugar donde viva el paciente, ya que otro factor negativo son los tóxicos ambientales como los pesticidas y los metales pesados derivados de la producción industrial o de la agricultura. El sedentarismo tampoco ayuda, y en este punto hay que tener en cuenta que una actividad física moderada ayuda a equilibrar el organismo, algo que tiene mucho peso a la hora de tener mayores probabilidades de éxito en cualquier tratamiento de reproducción asistida.

En cuanto a la alimentación, es recomendable consumir fruta y verdura (ricas en fibra y vitaminas), productos lácteos, carne y pescado. Sin embargo, es mejor evitar tanto pescados crudos (sushi) como carne cruda (steak tartar) o poco cocinada. También pueden ayudar suplementos alimenticios con yodo, ácido fólico, calcio, omega-3, y vitaminas B y D. Una buena hidratación (dos litros de agua diarios) es también importante.

Y por último, una pregunta muy importante, ¿qué tipo de cuidados son recomendables para las mujeres que van a comenzar, o que ya están inmersas, en tratamientos de fertilidad?

Mi respuesta la resumo de forma muy sencilla pero a la vez muy contundente, deben llevar una «vida sana», es decir, todo lo que hemos ido desglosando: una buena alimentación, no fumar, no beber alcohol, tener una actividad física moderada y, sobre todo, intentar controlar el estrés y la ansiedad, que en muchos casos se dan antes y durante el tratamiento. Por supuesto, todas estas recomendaciones tendrían que comenzar a ponerse en práctica meses antes de iniciar el tratamiento.

En este punto, también es importante destacar la necesidad de un «cuidado» muy especial, el de ponerse en manos de reconocidos profesionales avalados por su preparación médica y experiencia. Estos indicarán también pautas previas, por ejemplo, tomar antioxidantes, ácido fólico y otras vitaminas, así como las dosis adecuadas (ni demasiado altas ni demasiado bajas) de cada una de estas sustancias.

No podemos finalizar este artículo sin preguntarle, a la también directora de Clínica MARGen (clinicamargen.com), la doctora Raquel Mendoza Tesarik, no solo como especialista en medicina reproductiva, sino como mujer y madre que es (algo que hace aún más valiosa su respuesta), por qué es tan importante tener hábitos de vida saludables tiempo antes a comenzar cualquier tratamiento de fertilidad, a lo que declara que “no solo contribuyen a mejorar la salud reproductiva, sino que son imprescindibles, ya que preparan al organismo para el estado de gestación”.