Salud
¿Es la aspirina realmente eficaz contra el infarto?
Un estudio con más de 40.000 participantes arroja una conclusión definitiva para las personas que han sufrido un síndrome coronario agudo
La aspirina ha ido perdiendo popularidad en los botiquines de la mayoría de los hogares. El ibuprofeno o el paracetamol la han sustituido como fármacos de uso recurrente. No obstante, el ácido acetilsalicílico –que es el nombre genérico de este medicamento– continúa siendo popular, especialmente entre las personas mayores.
La creencia popular de que tomar una aspirina diaria reduciría el riesgo de sufrir un infarto de corazón sigue vigente en nuestra sociedad. Todavía hoy muchas personas siguen este tratamiento sin prescripción médica, bajo la premisa de que evitarán un síndrome coronario agudo o, lo que es lo mismo, un infarto de miocardio. Pero ¿qué riesgos conlleva su consumo su diario?
Lo cierto es que los cientos de estudios científicos que se han publicado no apoyan el uso de la aspirina como un medicamento preventivo en todos los casos. La aspirina no es positiva en todas las personas, y tomarla todos los días cuando no se debe puede derivar en efectos adversos graves para la salud.
¿Quiénes deben tomar una aspirina al día?
Durante décadas, los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias han tomado aspirina diariamente para reducir el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular isquémico (ictus). Sin embargo, los expertos han expresado sus dudas durante años sobre los beneficios del ácido acetilsalicílico como medida preventiva para aquellos que no han sufrido un ataque cardíaco, un derrame cerebral o problemas cardiovasculares.
Ahora, un nuevo estudio revela que los pacientes con infarto de miocardio que no toman aspirina a diario tienen una probabilidad elevada de infarto de miocardio recurrente, ictus o muerte en comparación con los que toman el fármaco de forma sistemática. La investigación presentada en el congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología concluye que los pacientes con infarto deben tomar aspirina para evitar otro.
"Nuestros hallazgos sugieren que no tomar aspirina como se prescribe después de un ataque al corazón está vinculado a un mayor riesgo de sufrir otro ataque al corazón, un derrame cerebral o morir", afirma la doctora Anna Meta Kristensen, del Hospital Bispebjerg y Frederiksberg, en Dinamarca, y la autora principal del estudio. "Recomendamos que todos los pacientes que hayan sufrido un infarto sigan tomando aspirina de acuerdo con las directrices hasta que los ensayos controlados aleatorios demuestren lo contrario y se modifiquen las directrices clínicas".
La aspirina es obligatoria después de un infarto de miocardio debido a su capacidad para prevenir la formación de coágulos sanguíneos y, por tanto, reducir el riesgo. Sin embargo, a medida que los métodos de tratamiento y diagnóstico han avanzado en las últimas décadas, el pronóstico después de un infarto de miocardio ha mejorado y los efectos a largo plazo de la aspirina son ahora menos evidentes. Dado que la aspirina previene la formación de coágulos sanguíneos, también aumenta el riesgo de hemorragia.
Muchos dejan de tomar aspirina cuando no deberían
Este estudio investigó el riesgo asociado con la interrupción de la aspirina a largo plazo en comparación con el uso continuado después de un ataque al corazón. Para ello, los científicos utilizaron datos datos de los registros sanitarios nacionales daneses. Incluyeron a pacientes de 40 años o más que sufrieron un primer infarto entre 2004 y 2017, fueron tratados con un stent coronario y tomaron aspirina según lo prescrito durante el primer año después de su infarto.
Una de las sorpresas que se llevaron los investigadores es que muchos pacientes no tomaban la aspirina que debían o dejaban el tratamiento. La adherencia a la aspirina se evaluó a los dos, cuatro, seis y ocho años del infarto. Los pacientes que tomaban aspirina el 80% o menos del tiempose consideraron no adherentes; es decir, que no tomaban la aspirina según lo prescrito.
Pues bien, en el estudio participaron 40.114 pacientes con un primer infarto de miocardio. Y la adherencia a la aspirina disminuyó progresivamente con cada punto temporal, del 90% a los dos años del infarto al 84% a los cuatro años, al 82% a los seis años y al 81% a los ocho años.
¿El resultado? En cada punto temporal, los pacientes que tomaron aspirina según lo prescrito tuvieron menos probabilidades de experimentar un accidente en comparación con los pacientes no adherentes. Los no cumplidores tenían un 29%, 40%, 31% y 20% más de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio recurrente, un ictus o la muerte a los dos, cuatro, seis y ocho años del infarto, respectivamente.
"Nuestros resultados deben interpretarse con cautela porque muestran una asociación pero no establecen causalidad. Dado que el estudio se basa en un registro, no disponemos de información sobre las razones concretas por las que los pacientes no tomaron su aspirina. Además, nuestros resultados no pueden generalizarse a todos los pacientes que sufren un infarto de miocardio, ya que nuestro estudio se centró específicamente en los que recibieron tratamiento con un stent coronario y no tomaban otros medicamentoss. Teniendo esto en cuenta, los resultados respaldan las directrices actuales que recomiendan tomar aspirina a largo plazo tras un infarto de miocardio", concluye Kristensen.
¿Y las personas que no han sufrido un infarto puede tomar aspirina?
En general, no se recomienda el uso de aspirina si no se ha sufrido un infarto. Por dar algunos datos, un estudio reciente reveló que el uso prolongado de aspirina aumenta el riesgo de anemia en un 20% en personas mayores de 70 años (65 años, en el caso de afrodescendientes e hispanos). Estos resultados han llevado a los investigadores a recomendar "un control regular de la anemia en aquellos pacientes mayores que toman dosis bajas de aspirina".
Otros efectos secundarios frecuentes de tomar aspirina cada día es la intolerancia digestiva o ardor en el estómago, la aparición de sangrados y hematomas sin que haya traumatismos o un mayor riesgo de tener una hemorragia cerebral, especialmente en las personas más mayores.
Por otro lado, las últimas pistas científicas indican que la aspirina podría prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de estómago o colorrectal. En cualquier caso, la decisión de tomar aspirina para la prevención de cualquier enfermedad solo debe tomarse en consulta con un médico, que puede tener en cuenta el riesgo individual de la persona, estudiando factores como el sexo, edad, antecedentes familiares, entre otros.
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