Cirugías

Aumentan un 40% las operaciones de cambio de voz en medio año

Al acortar y tensar las cuerdas vocales se logra elevar la frecuencia de la voz. También se puede masculinizar

Operaciones de cambio de voz
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El tono, la cadencia y el ritmo de la voz son en muchas ocasiones nuestra tarjeta de presentación. Pero mientras en el caso de los hombres transgénero la toma de andrógenos (testosterona) produce una reducción de la frecuencia fundamental a los tres o cuatro meses, y puede resultar suficiente para conseguir una voz más estereotipadamente masculina, no sucede así en el de las mujeres transgénero.

Los estrógenos disminuyen la cantidad de testosterona que produce el cuerpo y desencadena el desarrollo de características sexuales femeninas secundarias, pero no feminizan la voz.

Para elevar la frecuencia, en el caso de aquellas mujeres transexuales que así lo consideren, es necesario pasar por quirófano. Y no solo ellas. También se aplica en mujeres con adrofonía (una voz grave) como consecuencia del consumo excesivo de andrógenos o por distintas enfermedades que conllevan la producción de testosterona como el «síndrome del ovario poliquístico», explica el doctor Juan Carlos Casado, presidente de la comisión de Laringología, Voz, Foniatría y Deglución de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl CCC). Ahora bien, «el grueso de las operaciones se realizan en mujeres transexuales».

Y cada vez se demanda más. «Se han disparado estas cirugías en un 30-40% en los últimos seis meses, después de operar a mujeres transexuales que son influencers», asegura el doctor.

«Hace diez años realizaba una operación cada dos o tres meses y ahora cuatro mensuales, un incremento debido también a que esta operación está empezando a normalizarse ya que se está dando a conocer a nivel científico, porque hace unos años los doctores que hacían vaginoplastias no sabían que existía esta cirugía».

Pero, ¿en qué consiste? La técnica quirúrgica que se realiza para aumentar el tono de voz es la Glotoplastia de Wendler, un procedimiento quirúrgico que consiste en hacer cuerdas vocales más cortas, más finas y más tensas. Se realiza sin incisiones exteriores, ya que la cirugía es «por abordaje endoscópico y se realizan dos o tres suturas».

Ahora bien, exige mucha «destreza manual», ya que «trabajamos sobre cinco milímetros, que es la diferencia de media entre las cuerdas vocales del hombre y las de la mujer», destaca el doctor Casado.

De este modo, se obtiene una voz más aguda. «El umbral de frecuencia es 165 hercios. Por debajo se considera una voz masculina y por encima femenina», explica.

«Con 150 hercios no operamos», precisa. La mayoría de los clientes vienen con 110, 120 o 130 hercios. Una voz muy grave que necesita cirugía y después logopedia.

A través de esta técnica se logra que «si una mujer transexual viene con 130 hercios, después de ser operada logre llegar a 190 hercios y después, con logopedia, llegue a 195-200 hercios», detalla.

Es fundamental que después de la cirugía el paciente realice un «reposo vocal absoluto de 15 días para evitar la separación de las suturas, eso es lo más difícil, y no realizar ningún esfuerzo ni coger peso», precisa. Y en la mayoría de los casos, el 80%, requerirá de un curso con un logopeda.

¿Un tono demasiado agudo?

En el caso de aquellos hombres con una voz particularmente aguda por trastornos de la muda vocal en la adolescencia, rigidez de las cuerdas vocales o tensión excesiva (ya que en el caso de los hombres transexuales suele ser suficiente con la testosterona), después de haber descartado la existencia de alteraciones hormonales, también se puede operar.

En estos casos «se realiza la Tiroplastia tipo III (Tiroplastia de reducción o retrusión), con la que conseguiremos disminuir la frecuencia fundamental por debajo de 165 Hz para conseguir una voz más grave», explica el presidente de la comisión de Laringología, Voz, Foniatría y Deglución de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl CCC).

Esta técnica consiste en acortar las cuerdas vocales «tres milímetros» llevando la comisura anterior hacia atrás, produciendo una reducción de la tensión de las cuerdas y un aumento de su densidad.

La cirugía se realiza bajo anestesia general y a través de una incisión en la piel del cuello. El reposo vocal a llevar a cabo después de esta intervención es de siete días, además de tres semanas sin realizar ningún esfuerzo físico y sesiones de terapia vocal. Así se consigue una voz más grave, sin tensión ni fatiga durante la fonación y con un aumento del bienestar en la vocalización».