Seguridad Alimentaria
¿Comiste pan con moho? Estos son los riesgos que entraña
Los hongos que habitualmente se encuentran en el pan generalmente no son perjudiciales, pero algunos pueden generar micotoxinas nocivas
Es una lástima, pero a menudo tenemos que tirar comida. Esto puede ser por irresponsabilidad, falta de tiempo para cocinar o un simple despiste. Independientemente del motivo, la realidad es que una parte significativa de los alimentos que compramos termina en el cubo de basura. Un ejemplo común de esta situación es el pan de molde, uno de los alimentos más propensos a desarrollar moho.
El moho generalmente aparece en el pan de molde debido a varias razones. Una de ellas es la presencia de humedad. El pan de molde, al estar generalmente envuelto en bolsas de plástico, puede retener la humedad, proporcionando un ambiente propicio para el crecimiento de hongos. Además, el pan de molde suele tener una vida útil más larga que el pan fresco, lo que significa que a menudo se almacena durante períodos más largos, aumentando la probabilidad de crecimiento de hongos.
Además, cualquier espora de hongo presente en el aire o en las superficies donde se almacena el pan puede colonizar el pan si se dan las condiciones adecuadas. El pan sin gluten es particularmente propenso al moho, ya que carece de las proteínas del gluten que pueden ayudar a inhibir el crecimiento del moho.
Dado que algunos mohos, como los que podemos encontrar en el queso Roquefort, el Cabrales o el Gorgonzola, son aptos y seguros para el consumo, cabe preguntarse si otros mohos, como el del pan de molde, son perjudiciales para la salud.
Peligros del pan con moho
La verdad es que consumir pan con moho puede no ser peligroso en la mayoría de los casos, especialmente si es una cantidad pequeña y accidental. Es probable que lo digiramos sin más consecuencias. Sin embargo, las personas alérgicas a los hongos o con un sistema inmune debilitado podrían experimentar algunos síntomas desagradables, como malestar estomacal, moqueo, dolor de cabeza o problemas respiratorios. En casos muy raros, se podría producir una reacción alérgica grave, como un shock anafiláctico.
Los tipos de hongos que habitualmente crecen en el pan, como el Penicillium o el Neurospora crassa, no suelen ser peligrosos. Otros hongos, como los Aspergillus o Fusarium, pueden producir micotoxinas dañinas, pero normalmente esto ocurre por una exposición continuada, no por un bocado puntual.
Aunque un bocado accidental de pan con moho no sea preocupante, la exposición frecuente a ciertos tipos de hongos puede suponer un riesgo serio para la salud a largo plazo. Algunas de las micotoxinas producidas por los mohos, que no se destruyen al cocinar, pueden tener efectos adversos como inducir cáncer, mutaciones genéticas, problemas hormonales, gastrointestinales o renales.
¿Debemos tirar la parte que no está afectada?
Cuando se puede apreciar que en la superficie del pan han empezado a surgir puntos verdes o que ha aparecido una especie de nube de polvo blanco alrededor de él, es mejor que no lo pensemos demasiado y que tiremos el producto directamente a la basura. Si podemos ver estas señales en la superficie de alguna rebanada, es porque los hongos ya han invadido buena parte del producto. Nosotros estamos viendo el árbol, pero por debajo de él hay todo un sistema radicular escondido.
Las únicas excepciones en las que podemos quitar la parte afectada y seguir consumiendo la parte que no lo está, podrían ser algunas frutas especialmente duras, como la manzana, por ejemplo. Al ser tan densas, el moho lo tiene bastante complicado para penetrar en su interior. Otro alimento que también podemos consumir después de haber retirado la parte dañada son los embutidos curados, como el jamón, la cecina o el salchichón. Ahora bien, si merece la pena o no… depende enteramente de tu criterio.
También conviene aclarar que el moho no prospera únicamente en los alimentos. Es muy común que aparezca en trapos de cocina, tablas de corte y estropajos. Y es muy importante que lo evitemos siguiendo una escrupulosa rutina de limpieza en nuestra cocina, porque puedes sufrir problemas digestivos y respiratorios, así como irritación en la garganta y en los ojos. Y las consecuencias pueden ser mucho más graves en personas que padecen de asma.
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