Enfermedades
Esto es lo que dice el color de tu orina sobre tu salud: Transparente, amarilla, verde...
Existen diversas enfermedades o causan que pueden hacer que nuestra micción tenga tonos extraños
La insulina es una hormona que se produce de manera natural en el páncreas, y su principal función es la de actuar como reguladora de los niveles de azúcar en sangre. Existen personas con una patología por la que no son capaces de generar esta sustancia, se conoce comúnmente como diabetes. Sin embargo, tiene dos principales variantes muy diferenciadas.
La diabetes tipo 1 es la menos común, suele aparecer ya desde la infancia y suelen sufrir episodios de bajos niveles de azúcar en sangre. La diabetes tipo 2 es la más corriente, se da normalmente a partir de la edad adulta y provoca menos episodios de hipoglucemia. Ambas pueden constituir graves problemas para la salud si no se lleva un seguimiento y tratamiento adecuado de la enfermedad.
En la antigüedad, los médicos y practicantes no disponían de otra forma para detectar la diabetes que a través de la orina. Pero al no tener acceso a moderna tecnología de análisis, debían catarla con las papilas gustativas para poder llevar a cabo un diagnóstico. El primer registro escrito sobre esta práctica data del 1550 a.C., cuando los Vedas de la India definieron la enfermedad por provocar una orina dulce y más espesa de lo normal.
No demasiado tiempo la única forma de detectar la diabetes era catando la orina, ya que para eliminar los altos niveles de azúcar, las personas con esta enfermedad necesitan miccionar abundantemente y en varias ocasiones. Actualmente, basta con un pequeño pinchazo casi inapreciable en la yema de un dedo de la mano para extraer una gota de sangre que introducir en una máquina, y así medir el nivel de orina en sangre.
¿Cuál es tu estado de salud según el color de tu orina?
Ya no es necesario (ni aconsejable) que realicemos una cata de nuestra propia orina si sospechamos que somos diabéticos, lo más recomendable es acudir al médico y ponerse a disposición de un experto que nos pueda hacer un diagnóstico y aplicar el tratamiento correcto en caso de que fuera necesario. Mantener un peso corporal no excesivo y controlar la ingesta diaria de azúcar y grasas es buena forma de prevenir la enfermedad.
Sin embargo, desde casa podemos identificar si pudiéramos estar sufriendo alguna enfermedad o anomalía prestando atención al color y la transparencia de nuestra propia orina (o de nuestros hijos) cuando vamos al baño a miccionar. Para aprender a distinguir algunas señales de posibles problemas de salud, la página de Instagram de Futuros Médicos (@futuros.medicoss), especializada en divulgación médica, compartía hace algunos días una pequeña guía.
- Orina completamente transparente: Se está bebiendo demasiada agua, se debe reducir el consumo.
- Orina amarilla muy pálida: Indica niveles correctos de hidratación y, aparentemente, ninguna anomalía.
- Orina amarilla clara: Todo parece funcionar correctamente, buena hidratación.
- Orina amarilla oscura: No es insano, pero significa que se está bebiendo poca agua, se debe consumir más.
- Orina color ámbar: Comienza a ser preocupante, los niveles de hidratación corporal son muy bajos.
- Orina color café: Podría tratarse de una deshidratación grave o de una enfermedad hepática, se debe acudir al médico urgentemente y beber mucha agua.
- Orina rosada o rojiza: Es provocada por la presencia de sangre en la micción, pero también por haber consumido remolacha u otras hortalizas que pueden teñirla así.
- Orina anaranjada: Al igual que en caso anterior, se puede deber tanto a una enfermedad (hepática) o por alguna clase de colorante alimenticio.
- Orina verde: Aunque algunos medicamentos o colorantes de la comida pueden darle a la micción tonalidades verdosas, también pueden provocarla enfermedades genéticas o bacterianas. Se debe acudir inmediatamente a un médico.
- Orina con espuma: No es algo fuera de lo común, pero si se repite recurrentemente podría deberse a problemas en los riñones o exceso de consumo de proteínas.
Igualmente, estas señales son meramente indicativas y, si bien nos pueden dar una pista, ante la más mínima sospecha de que algo no está marchando como debería en el organismo, se debe acudir a un médico o, incluso a urgencias. Cualquier problema de salud debe ser diagnosticado y tratado por un especialista, y jamás puede uno 'tomarse la salud por su mano' y automedicarse.
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