
Verano
¿Por qué no debes dejar el ventilador funcionando por la noche?
Aunque parezca una solución contra el calor, dormir con el ventilador encendido puede tener consecuencias negativas para la salud

Con la llegada de las primeras olas de calor de este verano, muchos recurren al ventilador como un salvavidas nocturno para conciliar el sueño. Pero lo que para muchos es una herramienta imprescindible para sobrevivir a las noches más complicadas del año, aquellas en las que la temperatura no baja de los 20 ºC, puede convertirse en un riesgo silencioso para la salud si se utiliza de manera continuada mientras dormimos.
Dormir con el ventilador encendido durante toda la noche es una práctica común en hogares que no cuentan con aire acondicionado, o que prefieren evitar su consumo energético. Sin embargo, los expertos alertan de los posibles efectos secundarios que esta costumbre puede acarrear.
¿Qué pasa si duermes con el ventilador encendido durante la noche?
Uno de los principales riesgos es la resequedad de las vías respiratorias. Según explica el doctor Naheed Ali, experto en salud integrativa y colaborador en publicaciones científicas, el flujo constante de aire puede secar los senos paranasales y la garganta. Esta sequedad no sólo provoca molestias al despertar, como sensación de garganta áspera o congestión nasal, sino que también puede empeorar en personas con alergias o asma, muy frecuente además durante este año, hasta en personas que nunca habían experimentado alergia antes.
"Cuando las mucosas se resecan, el cuerpo produce una mucosidad más espesa para compensar, lo que puede atrapar alérgenos y aumentar la irritación en las vías respiratorias", señala el doctor. Esto puede desembocar en tos persistente, congestión prolongada o incluso infecciones si la exposición se repite con frecuencia.
Además, el ventilador puede levantar partículas de polvo, polen o ácaros presentes en el ambiente, manteniéndolas en suspensión y facilitando su entrada al organismo durante la respiración nocturna. De ahí que algunas personas se despierten con ojos llorosos, estornudos o sensación de opresión en el pecho.
Otro aspecto menos conocido es el impacto del flujo de aire frío sobre la musculatura. El aire que sopla constantemente sobre el cuerpo, especialmente si se dirige directamente a la cama, puede provocar una contracción refleja de los músculos. "Los músculos fríos tienden a tensarse como mecanismo de defensa, lo que puede derivar en rigidez matutina o incluso contracturas si se mantiene durante varias horas", advierte el doctor Ali.
Esta situación es más probable si dormimos sin cubrirnos bien o si el ventilador permanece fijo en una posición apuntando directamente hacia el cuerpo.
¿Qué hacer si no puedes dormir sin ventilador?
A pesar de estos inconvenientes, para muchas personas el ventilador es una herramienta necesaria durante los meses más calurosos del año. En estos casos, los especialistas recomiendan tomar ciertas precauciones para minimizar los efectos negativos:
- Usar un temporizador: programar el ventilador para que funcione únicamente durante los primeros 60 o 90 minutos del sueño, cuando el cuerpo aún está fresco y es más fácil conciliar el descanso.
- Evitar el flujo directo: orientar el ventilador hacia una pared o al techo para que el aire circule sin incidir directamente sobre el cuerpo.
- Mantener una buena hidratación: dejar un vaso de agua cerca de la cama y procurar beber antes de dormir.
- Limpiar regularmente el aparato y la habitación: para evitar la acumulación de polvo y alérgenos.
El ventilador puede ser un aliado útil en las noches calurosas, pero su uso prolongado y sin control entraña riesgos que no deben pasarse por alto. Prestar atención a los síntomas y adoptar medidas sencillas puede marcar la diferencia entre una noche reparadora y un despertar lleno de molestias. Al final, como en tantas otras cosas, la clave está en el equilibrio.
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