
Cuerpo humano
La razón por la que nos despertamos más temprano a medida que envejecemos: no es nuestra idea
Cómo cambian nuestros ritmos internos con el paso del tiempo

Si alguna vez te preguntaste por qué tus padres o abuelos abren los ojos antes del amanecer incluso sin alarma, la respuesta no está solo en sus costumbres.
Con el paso de los años, nuestro reloj biológico esa maquinaria interna que regula cuándo sentimos sueño y cuándo nos activamos cambia de manera natural. Y esos cambios hacen que las noches se adelanten y las mañanas comiencen antes de lo que quizá desearíamos.
Un reloj interno que también envejece
El cerebro es uno de los principales responsables de mantener a tiempo nuestros ritmos circadianos, pero su sensibilidad a las señales del entorno disminuye con la edad.
La luz, la oscuridad, las comidas o las rutinas diarias dejan de enviar mensajes tan potentes como antes, por lo que el sistema que debería sincronizarnos con el ciclo de 24 horas se vuelve menos preciso.
El cuerpo interpreta antes que "ya es hora de descansar", y también concluye antes que "el descanso ha terminado".
La importancia de la luz en el descanso
Uno de los cambios más significativos ocurre en nuestros ojos. Con los años, la capacidad de la retina para captar la luz disminuye. Si a eso se suman problemas frecuentes como las cataratas, la entrada de luz se reduce aún más.
Esto hace que el cerebro crea que el anochecer llega antes de lo que realmente ocurre. Cuando eso pasa, la producción de melatonina que es la hormona del sueño empieza antes, lo que adelanta el cansancio nocturno y, como efecto dominó, el despertar matutino.
Cuando el cuerpo adelanta su propio horario
A partir de cierta edad, muchas personas notan que se sienten somnolientas más temprano, incluso cuando su rutina diaria no ha cambiado. Este adelanto es completamente común. Para muchos adultos mayores, dormir de 22:00 a 5:00 se vuelve tan natural como para un adolescente dormir de 00:00 a 8:00.
Lo importante es entender que no se trata de dormir menos, sino de dormir antes.
¿Podemos ajustar este ciclo?
Aunque el envejecimiento introduce modificaciones inevitables, hay hábitos que ayudan a regular mejor el ritmo.

- Buscar luz intensa al final de la tarde: caminar antes del atardecer, encender luces fuertes en casa o usar pantallas con buen brillo ayuda a retrasar la señal de "hora de dormir".
- Evitar el alcohol por la noche: aunque pueda inducir somnolencia, fragmenta el descanso.
- Mover el cuerpo con regularidad: el ejercicio favorece un sueño más profundo y estable.
- Exponerse a la luz natural por la mañana: esto ayuda a reforzar el inicio del ciclo diario.
Estos ajustes pueden desplazar ligeramente la hora en la que sentimos sueño, mejorando el descanso general.
Envejecer también significa dormir distinto
Despertarse más temprano no es un signo de insomnio, ni una manía adquirida con los años. Es una manifestación más del envejecimiento del sistema circadiano y de cómo el cuerpo se adapta a cambios fisiológicos inevitables.
Dormimos diferente cuando somos niños, cuando somos jóvenes y cuando envejecemos. Lo importante es reconocer estas transformaciones y crear entornos que favorezcan un descanso reparador.
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