Opinión

El blando análisis de la gestión de la pandemia

¿De verdad hacían falta meses de trabajo para esto?

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, durante la rueda de prensa ofrecida este lunes para dar los últimos datos de la pandemia del coronavirus. EFE/Zipi
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, durante la rueda de prensa ofrecida este lunes para dar los últimos datos de la pandemia del coronavirus. EFE/ZipiZipiAgencia EFE

Más de tres años después de que un grupo de expertos clamara en «The Lancet» por una evaluación de la gestión de la pandemia en España, los trabajos han concluido y los resultados publicados no pueden ser más decepcionantes. Lejos de profundizar en las razones reales del desastre de los primeros meses, y denunciar con pelos y señales que el Gobierno llegó tarde a todo –incluida la compra de materiales y equipos de protección contra la covid–, pagó sobreprecios injustificables, infravaloró el riesgo y luego sobreactuó para poner el foco en regiones como Madrid con fines exclusivamente políticos, los autores pasan de puntillas en su informe por hechos tan graves, se quedan en la superficie de los problemas producidos y efectúan recomendaciones genéricas para que no vuelva a suceder algo igual, que no dejan de ser meras banalidades.

¿De verdad hacían falta meses de trabajo para concluir de forma «light» que hubo fallos de coordinación en el Sistema Nacional de Salud, que Fernando Simón se expuso mucho ante los medios o que es necesario contar con un comité científico-técnico para tomar decisiones ante este tipo de crisis? Los autores de este documento que, inexplicablemente, pasó meses en los cajones del Ministerio de Sanidad pese a estar impregnado de «buenismo» o, como se dice ahora, «espíritu constructivo», hablan de la necesidad de una atención primaria reforzada, del diseño de protocolos de priorización y racionamiento de la atención –algo que ya tuvieron que hacer los médicos por falta de recursos–, de crear una Agencia Estatal de Salud Pública y de abordar una estrategia de la cronicidad o fomentar la hospitalización a domicilio. Para este viaje no hacían falta alforjas.