Investigación

Estar sentado 10 horas al día aumenta el riesgo de demencia, aunque se practique ejercicio

La media de sedentarismo en España es de 6 horas diarias en adultos mayores de 65 años, según el INE. En Estados Unidos, de 9,5 horas.

Hombre mayor haciendo ejercicio
Hombre mayor haciendo ejercicioFreepik

El estilo de vida sedentario forma parte de las 10 causas más importantes de mortalidad, morbilidad y discapacidad en el mundo. El sedentarismo es el segundo factor de riesgo más importante para una mala salud -después del tabaquismo- y duplica las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad, hipertensión arterial, osteoporosis, artrosis, cáncer de mama y colon, entre otras. Su prevalencia en Europa -y España- es muy elevada, alcanzando cifras cercanas al 60% de la población adulta. En nuestro país, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las personas de 65 años o más pasan sentadas una media de 6 horas al día, con poca diferencia entre sexos.

Existen varias definiciones de sedentarismo, dependiendo de las variables que se valoren. Se entiende por sedentaria a la persona que realiza menos de 30 minutos de actividad física moderada durante la mayoría de días de la semana o que no genera un gasto energético de, al menos, 720 kcal por semana (para una persona de 70 kg de peso) en una combinación de actividades vigorosas y moderadas (como caminar) o bien que pasa más de 8 horas sentada.

El envejecimiento está vinculado al aumento del sedentarismo, no tanto porque se abandonen los hábitos de actividad física sino porque, aunque se mantengan, el propio proceso de senescencia hace que los beneficios que se obtienen sean menores. La demencia es un subgrupo del deterioro cognitivo y está causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, como el alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.

Aunque investigaciones anteriores habían cifrado que la conducta sedentaria aumenta el riesgo de demencia hasta en un 30%, hasta la fecha no se había analizado si existe una asociación entre el comportamiento sedentario y el riesgo de demencia por todas las causas en los adultos mayores en una muestra de gran tamaño. Lo ha hecho un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) y la Universidad de Arizona, en Estados Unido, a través un estudio retrospectivo de datos recopilados de cerca de 50.000 adultos de 60 años o más- 54,7%, mujeres- sin diagnóstico de demencia que vivían en Inglaterra, Escocia o Gales. Su principal hallazgo es que cuanto más tiempo se dedique a comportamientos, mayor riesgo existe de incidentes de demencia. También reveló que la forma en que se acumula el sedentarismo a lo largo del día no importa tanto como el tiempo total que se pasa sentado cada día. Según David Raichlen, autor del estudio, "el sedentarismo total se relaciona de forma similar con la demencia, ya sea en periodos prolongados de varias horas o de forma intermitente a lo largo del día"

Los investigadores aplicaron un algoritmo de aprendizaje automático para analizar el gran conjunto de datos de lecturas del acelerómetro y clasificar los comportamientos en función de las distintas intensidades de actividad física."En los modelos ajustados, hubo una asociación significativa entre el tiempo dedicado a una conducta sedentaria y la incidencia de demencia. En relación con una mediana de 10 horas/día de comportamiento sedentario, los índices de riesgo (HR) para la demencia fueron de 1,08, 1,63 durante 12 horas/día, y 22,74 durante 15 horas/día", describe el trabajo, publicado en la revista Jama.

Tras una media de seis años de seguimiento, los investigadores utilizaron los registros de pacientes hospitalizados y los datos del registro de defunciones para determinar el diagnóstico de demencia. Encontraron 414 casos positivos de demencia.

"Nos sorprendió descubrir que el riesgo de demencia empieza a aumentar rápidamente a partir de las 10 horas diarias de sedentarismo, independientemente de cómo se acumulara ese tiempo ", señala otro de los autores, Gene Alexander, profesor de psicología y psiquiatría en el Instituto del Cerebro Evelyn F. McKnight de la Universidad de Arizona y el Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la misma ciudad.

Aun así, los investigadores destacaron que se necesitan más estudios de este tipo para deternimar si la relación es o no causal.

¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo?

Los expertos coinciden en señalar que cualquier cambio que suponga un aumento de la actividad física diaria, aunque sea de sólo media hora, puede marcar la diferencia. Por ello, recomiendan limitar el tiempo de sedentarismo a menos de 2 horas al día, levantarse y moverse cada 30 minutos que pasemos en la misma postura (ya sea sentados, tumbados o conduciendo, por ejemplo) y aumentar el tiempo diario de actividad física ligera (caminar, permanecer de pie) a 2 horas cada día.