Salud

Estos son los barrios donde las personas tienen más riesgo de Alzheimer, según un estudio pionero

La investigación resaltar por ser una de las primeras en encontrar pruebas físicas sobre la posible conexión entre el entorno socioeconómico y la salud cerebral

Un hombre con un bastón, imagen sobre demencia y alzheimer
Los primeros síntomas del alzhéimer pueden pasar desapercibidosFreepik

Un reciente estudio publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, revela una inquietante asociación: las personas que viven en barrios más desfavorecidos podrían tener mayor probabilidad de presentar biomarcadores relacionados con la inflamación y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. La investigación no prueba una relación causa-efecto entre vivir en un distrito más "pobre" que "rico", pero sí es relevante por ser el primero que encuentra pruebas físicas de la posible conexión que existe entre el entorno socioeconómico y la salud cerebral.

La doctora Angela L. Jefferson, autora principal del estudio e investigadora en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos), explicó que, aunque los resultados no prueban una relación causal, sí evidencian una asociación significativa. "Estudios han demostrado que vivir en barrios desfavorecidos puede aumentar el riesgo de padecer Alzheimer, pero se desconocen los mecanismos subyacentes", afirma. "Nuestros resultados en concreto sugieren que vivir en barrios desfavorecidos aumenta el riesgo de inflamación, lo cual podría desempeñar un papel temprano en el desarrollo del Alzheimer, así como biomarcadores de la propia enfermedad".

Los investigadores analizaron los datos de 334 personas con una edad promedio de 73 años. A lo largo de nueve años, los participantes fueron sometidos a análisis de sangre, escáneres cerebrales y pruebas cognitivas. Además, a 180 de ellos también se les extrajeron muestras de líquido cefalorraquídeo durante los primeros cinco años del seguimiento.

Tau, la proteína del alzhéimer que aumenta en zonas desfavorecidas

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio fue la asociación entre el nivel de desventaja del vecindario y el aumento de tau en el líquido cefalorraquídeo. Esta proteína es uno de los biomarcadores más reconocidos de la enfermedad de Alzheimer. "Encontramos que una mayor desventaja en el vecindario se asociaba con mayores niveles de tau, un biomarcador clave de la enfermedad de Alzheimer", explica Jefferson.

Además, los investigadores detectaron niveles elevados de la proteína YKL-40, un marcador biológico relacionado con la inflamación cerebral. Ambos indicadores permanecieron elevados incluso tras ajustar el análisis a factores como la edad avanzada, el sexo femenino y un menor nivel educativo formal.

También se encontró un aumento progresivo en los niveles de proteína C reactiva ultrasensible (PCR o CRP, por sus siglas en inglés), otro biomarcador bien establecido de inflamación. Cada aumento de 10 puntos porcentuales en el índice de desventaja del vecindario se asoció con un incremento anual de 0,05 mg/L en los niveles de PCR en sangre, lo que indica una mayor respuesta inflamatoria sistémica.

El entorno como un factor de riesgo emergente

El estudio señala que los factores que definen la desventaja del vecindario incluyen el ingreso medio, la tasa de empleo, el nivel de educación y el porcentaje de personas con discapacidad. Jefferson sugiere que vivir en un entorno con múltiples carencias puede traducirse en una exposición crónica al estrés, un factor que acelera los procesos de neurodegeneración. Esta situación, con el tiempo, podría contribuir al desarrollo de enfermedades como el Alzheimer. "El estrés crónico, la inseguridad económica y la falta de acceso a recursos pueden desencadenar respuestas inflamatorias en el cuerpo y el cerebro, elevando así el riesgo de enfermedades neurodegenerativas", afirma la experta.

A partir de estos resultados, los investigadores proponen que los profesionales sanitarios consideren el nivel socioeconómico del entorno en sus estrategias de prevención y tratamiento del Alzheimer. "Los profesionales de la salud podrían considerar las desventajas del vecindario al trabajar con personas que podrían beneficiarse de estrategias para reducir los niveles de inflamación mediante intervenciones en el estilo de vida, como técnicas de reducción del estrés y ejercicio", sugiere la doctora Jefferson.

Asimismo, el estudio destaca la importancia de incluir a personas de barrios desfavorecidos en investigaciones futuras. Históricamente, este tipo de población ha estado infrarrepresentada en los ensayos clínicos, lo que limita la eficacia de las intervenciones cuando se trasladan al mundo real. Una limitación importante del estudio fue que la mayoría de los participantes eran personas blancas, con buen nivel educativo y procedentes de barrios menos desfavorecidos que el promedio estadounidense.

  • Fuente: 22 de Julio, nº 105, Neurologyhttps://doi.org/10.1212/WNL.000000000021377