Opinión

Fango sanitario

Rara es la ocasión en la que el presidente del Gobierno no hace mención a la «máquina del fango» en sus intervenciones públicas para descalificar a todo aquel que no le es afín

Pedro Sánchez
Pedro SánchezMICHAEL BUHOLZER / POOLAgencia EFE

Rara es la ocasión en la que el presidente del Gobierno no hace mención a la «máquina del fango» en sus intervenciones públicas para descalificar a todo aquel que no le es afín.

Pedro Sánchez ha afirmado incluso que la «sede social» de su máquina es la Comunidad de Madrid, lo que evidencia una obsesión que roza lo patológico y que también afecta a la ministra de Sanidad.

Madrid es protagonista del «storytelling» orquestado desde La Moncloa para sostener a Sánchez en el poder en un momento en el que la situación en Cataluña y las investigaciones sobre su mujer y su hermano –entre otras grietas– le están complicando la existencia, cuanto menos, política.

Sin embargo, su empecinamiento es estéril, especialmente en Sanidad, donde el «storydoing» madrileño, con ejemplos como las menores listas de espera de todo el país, disponer de centros asistenciales referentes en todo el mundo… hacen que «el dato mate al relato».

Si Sánchez y los suyos destinasen el ingenio y los recursos que malgastan en acosar a sus rivales en solucionar las necesidades presentes del Sistema Nacional de Salud, nos iría, estoy seguro, mucho mejor.

Doy por hecho que el entorno del presidente ha calculado el riesgo-beneficio de su proceder, pero los resultados de las últimas elecciones –las europeas, así como las autonómicas y generales del año 2023– demuestran que aquello que decía Lincoln de que «no puedes engañar a todos todo el tiempo» es cada vez más patente y tangible en el día a día político y sanitario de nuestro país.

Mario Mingo es médico y político