Oncología
Una investigación española alerta de que se ha subestimado el impacto real de la obesidad en el riesgo de cáncer de mama
Alrededor del 40% de los cánceres de mama posmenopáusicos con hormonas positivas están relacionados con el exceso de grasa corporal y no uno de cada diez casos
Tener obesidad o sobrepeso aumenta el riesgo de desarrollar varios tipos de cánceres, pero no está clara la razón. Algunas investigaciones sugieren que el origen está en las alteraciones que provoca (inflamación a largo plazo y mayores niveles de insulina), o quizás en los cambios en el organismo derivados de esas condiciones físicas.
En todo caso, se trata de un dato preocupante y que podría ser peor de lo que se esperaba. Así, según una investigación realizada por la doctora Verónica Dávila-Batista, del Instituto de Investigación en Ciencias Biomédicas y de la Salud, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, alrededor del 40% de los casos de cáncer de mama posmenopáusico con hormonas positivas podrían estar relacionados con el exceso de grasa corporal
Esta proporción es significativamente mayor que el 10% de casos que actualmente se atribuyen al exceso de peso teniendo en cuenta el Índice de Masa Corporal (IMC), e indica que probablemente se ha subestimado el impacto real de la obesidad en el riesgo de cáncer de mama, dice este estudio publicado "Journal of Epidemiology & Community Health".
Los autores sostienen que el IMC no es necesariamente una medida muy precisa de la grasa corporal, particularmente en mujeres mayores, porque no tiene en cuenta la edad, el sexo ni la etnia.
Los investigadores compararon el IMC con la ecuación CUN-BAE, una herramienta útil sobre grasa corporal para detectar las mujeres que van a presentar un mayor riesgo de mortalidad, en 1.033 mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama y 1.143 libres de la enfermedad, pero emparejadas por edad, sexo y región geográfica.
Todas las mujeres participaron en el estudio multicaso-control (MCC)-España en el que se reclutó a 10.106 sujetos y que tiene como objetivo evaluar los factores ambientales y genéticos asociados con los cánceres de intestino, mama, estómago y próstata y la leucemia linfocítica crónica entre personas de 20 a 85 años.
A todos los participantes se les preguntó sobre factores de riesgo potencialmente influyentes: sociodemográficos, estilo de vida e historial médico y reproductivo personal y familiar.
La información dietética se recopiló a través de un Cuestionario de Frecuencia de Consumo Alimentario semiestructurado validado de 140 ítems, y se utilizó un cuestionario autoadministrado para recopilar información sobre el consumo habitual de alcohol entre los 30 y 40.
La CUN-BAE clasifica la grasa corporal como: menos del 35%; 35%–39,9%; 40%–44,9%; y 45% y más. En cambio, el IMC clasifica el peso como: menos de 25 kg/m2; 25–29,9; 30–34,9; y 35 y más.
Pues bien, el IMC promedio fue de poco más de 26 en el grupo de comparación y de poco más de 27 en las mujeres con cáncer de mama. En cambio, la ecuación CUN-BAE promedio fue de poco menos del 40% y casi del 40,5%, respectivamente.
Un CUN-BAE del 45% o más se asoció con un riesgo más del doble de cáncer de mama posmenopáusico en comparación con un CUN-BAE inferior al 35%.
En cambio, no se observó una tendencia similar para el IMC, lo que llevó a los investigadores a estimar que el 23% de los casos de cáncer de mama eran atribuibles al exceso de grasa corporal utilizando el IMC, pero el 38% utilizando el CUN-BAE.
Pero estas diferencias sólo fueron evidentes en el caso de los cánceres con hormonas positivas (680 casos), en los que las proporciones estimadas atribuibles al exceso de grasa corporal fueron del 20% (IMC) y del 42% (CUN-BAE).
Los factores causales no se pueden establecer a partir de los hallazgos de este estudio de casos y controles, dicen los investigadores, quienes también reconocen que la fórmula CUN-BAE se calculó a partir de una muestra de personas sedentarias y que el número de cánceres de mama que no fueron hormonalmente positivos fue pequeño.
Sin embargo, “los resultados de nuestro estudio indican que el exceso de grasa corporal es un factor de riesgo significativo para el cáncer de mama con receptores hormonales positivos en mujeres posmenopáusicas" y que es probable que se haya subestimado el impacto real de la obesidad en el riesgo al utilizar estimaciones del IMC, inciden.
En este sentido, los autores sostienen que "se deberían considerar medidas más precisas de la grasa corporal, como CUN-BAE, al estimar la carga de cáncer atribuible a la obesidad en el cáncer de mama posmenopáusico”. Esto es crucial para planificar iniciativas de prevención eficaces, añaden.
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