Entrevista

Dr. Pedro Pérez Segura: «La comunicación es un arma terapéutica más»

«Nunca se puede justificar la frialdad, hacia el paciente, eso es inaceptable», asegura el jefe del Servicio de Oncología del Hospital Clínico de Madrid

Entrevista al doctor Pedro Pérez Segura, Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Clínico
"Es clave escuchar al enfermo y dejarle los tiempos de silencio suficientes para que procese lo que le dices"David JarDavid Jar

Este fin de semana ha impartido la II Edición del Curso de Comunicación en Oncología de la Fundación Viatris, una asignatura que nunca se termina de aprender y de la que, asegura, «es una herramienta igual de importante que cualquier otra cosa que hacemos en la consulta».

¿Se ve el tema de la comunicación en la carrera? ¿Se forma a los profesionales lo suficiente?

Está dentro del programa formativo, pero existen muchas variaciones: hay universidades que lo trabajan más y otras que lo trabajan menos. Y, aunque hay unas pautas generales, cambia mucho el planteamiento comunicativo en función de la especialidad: no es lo mismo hablar con un paciente que se rompe un hueso y va al traumatólogo que la comunicación con otro de cáncer ni la relación que establece con su oncólogo. Seguramente hay que trabajar más profundamente cuando han acabado y eligen especialidad.

Como oncólogo, ¿qué pregunta le cuesta más contestar?

Un área que llevo son tumores cerebrales, y ahí hay un porcentaje de pacientes muy jóvenes, además, de que algunos tienen un pronóstico muy malo. Entonces, ese momento de explicarle a una persona de 20 o 30 años que tiene un tumor cerebral que tiene tratamiento, pero que no es especialmente eficaz, que vas a intentar buscar lo que sea, que participe en un ensayo clínico... la verdad es que esos momentos, por mucho que uno lo haga, siempre sigue formándose un nudo en la garganta. También el de informar a una persona en pleno desarrollo de su vida de una enfermedad que en ocasiones es mortal es muy duro, y da lo mismo que lo hagas mil veces. Y cuando tienes que comunicarle que ya no hay más tratamientos. Esa es una situación realmente terrible porque, a parte de para ti como profesional ver el sufrimiento, es algo que el paciente no puede entender muchas veces. Claro, estamos todo el día diciendo que vamos muy bien y que los medicamentos cada día son más eficaces y piensa, ¿yo por qué tengo que estar en ese grupo de los que no tienen más? Y es muy difícil de aceptar.

¿Y cuál es la que más cuesta entender o aceptar al paciente?

Cuando se le informa de que tiene un tumor, pues muchísima gente se queda en «shock» porque no fuma, no bebe, hace deporte, se cuida... el aceptar el porqué es un tema muy difícil para ellos. Y luego ese paciente que ya está en revisiones y le dices que ha vuelto a reaparecer el tumor. Ese momento es muy destructivo... imagínate cuatro años de revisiones, todo fantástico, se encuentra muy bien, recuperando su vida y, de repente le dices: oye mira, es que ha vuelto a aparecer el tumor. Eso es devastador. Y lógicamente, el momento final de decir que no tenemos más tratamiento.

En ocasiones los pacientes alegan cierta frialdad por parte de sus médicos. ¿Se puede entrenar la empatía?

Por supuesto. Lo primero que no debemos olvidar nunca es que somos profesionales, pero también personas, y eso intentamos transmitírselo a los residentes que se están formando. Al final tú eres la tabla a la que se agarran los pacientes y tienes que ser profesional y si te afecta emocionalmente tienes que aprender a manejarlo, también existen técnicas para manejar la ansiedad y la preocupación que los profesionales tenemos en el día a día. Pero lo que nunca puedes justificar es un distanciamiento, una frialdad, una falta de interés hacia el paciente, eso es inaceptable. Es verdad que el día a día no ayuda, es decir, vivimos consultas de Oncología con un número de pacientes tremendo y cada vez más complejos. Hay que empezar a no hablar tanto de cantidad de tiempo de comunicación, sino de calidad del mismo. En 30 segundos puedes establecer una ligazón con un paciente que va a hacer que toda tu relación con él sea correcta, de confianza y de mutua cordialidad, que sienta que su médico se preocupa por él y es importante para su médico. Y eso se aprende.

¿Qué habilidad comunicativa considera más importante?

Una característica esencial es la sinceridad: el oncólogo tiene que tener una relación clarísimamente transparente y sincera con el paciente, tiene que entender que nadie la está engañando, es fundamental. También lo es saber escucharle. En la comunicación es más importante el silencio y la escucha que el acto directo de hablar. Es clave no interrumpir al paciente, dejar los tiempos de silencio suficiente para que procese lo que le estás diciendo y sigan preguntando. Y algo que también es muy importante es que sienta que estás a su lado, que entiendes su situación, pero sin llegar a convertirte en el paciente. Eso es muy difícil.

Las ventajas para el paciente de una mejor comunicación son evidentes, pero ¿tiene también alguna para los médicos?

Totalmente, cuando tienes un paciente con el que has establecido una buena vía de comunicación la consulta es muchísimo más fluida. Puedes comentar todos los temas con muchísima más tranquilidad y más de objetividad, y además creo que incluso las decisiones médicas se pueden tomar mejor.

A veces los pacientes no se atreven a preguntar por miedo a la respuesta, o por no parecer que no entienden su lenguaje. ¿Qué les diría a estas personas?

Yo les digo a mis pacientes que son ellos los que se tienen que encargar de cuidarse, de hacernos caso y, sobre todo, de contarnos cualquier cosa que para ellos sea importante o una duda... pues somos su fuente de información, para que no miren en otros sitios. Cualquier cosa, por muy tonta que le parezca, puede ser importante y seguro que lo es para él, porque sino no te lo pregunta.