Día Mundial Cáncer de Colon

Pilar Gª Alfonso: «Hay razones para ser optimistas en cáncer colorrectal, incluso cuando hay metástasis»

García Alfonso considera «esencial identificar biomarcadores del tumor que permitan optimizar la terapia en estados avanzados»

Pilar García Alfonso
Pilar García AlfonsoALBERTO R. ROLDANLA RAZÓN

Médico por vocación, Pilar García Alfonso contagia serenidad y empatía a partes iguales, algo imprescindible cuando su especialidad es la Oncología. Jefa de Sección de Oncología Médica y coordinadora de la Unidad de Tumores Digestivos y Neuroendocrinos del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Gregorio Marañón, desgrana las novedades que permiten mirar a este tumor con optimismo en el contexto del Día Mundial del Cáncer de Colon.

¿Qué cifras de cáncer colorrectal se manejan en España?

Se trata del tumor más diagnosticado en nuestro país considerando ambos sexos, con una estimación de 44.573 nuevos casos en 2025.

¿Cuál es el perfil habitual de los pacientes?

En el cáncer de colon el diagnóstico suele hacerse en una mediana de edad de 68 años en varones y de 72 en mujeres, mientras que en el de recto está en 63 años en ambos géneros.

Sin embargo, cada vez es más habitual en jóvenes...

Sí, es algo que resulta preocupante. En 2030, según datos de EE UU, el 14% de los tumores de colon y el 22% de los de recto ya serán en menores de 50 años, lo que supone un incremento superior al 10%. En España también se observa un incremento, aunque no hay datos de registros sólidos.

¿A qué se debe?

No hay una explicación clara, pero parece que hay mayor exposición a factores de riesgo como obesidad, dieta con más grasas, sedentarismo, alto consumo de tabaco y alcohol, etc., aunque la evidencia todavía no es del todo consistente.

¿Qué pronóstico tiene?

La supervivencia global a los cinco años supera el 60%, cifra que baja al 14% cuando hablamos de cáncer colorrectal metastásico. Se trata del segundo tumor con mayor mortalidad, superado solo por el de pulmón.

¿El diagnóstico precoz es clave?

Sí, porque si se detecta en estadios precoces puede curarse en el 90% de los casos, por eso los cribados son una herramienta muy útil.

¿Qué signos sirven de alerta?

Puede no mostrar manifestaciones, pero el síntoma más importante que siempre hay que tomarse muy en serio es el sangrado en las heces. Esto nunca se debe obviar. También pueden aparecer trastornos del ritmo intestinal, anemia sin un factor claro desencadenante o pérdida de peso.

¿Qué abordaje suele hacerse?

En el caso del tumor localizado el tratamiento actual es la cirugía radical y, según el estadio, la evolución y los factores de riesgo, administramos quimioterapia adyuvante de tres a seis meses. El problema es que no sabemos qué pacientes van a recaer, pero sí que la mitad tendrá recidivas. Tenemos grandes expectativas en la técnica ctDNA como potencial factor pronóstico, pero todavía no es un estándar. Por su parte, en los metastásicos es fundamental evaluar el estado general del paciente, el tumor y es clave hacer un estudio genotípico adecuado para conocer unos marcadores en el tumor, que son el RAS total, el BRAF y la inestabilidad microsatélite, además de una sobreexpresión del HER2, porque la elección terapéutica va a depender de ellos.

¿En qué porcentaje de los casos aparece metástasis?

Vienen debutando con enfermedad metastásica en torno a un 30% de los pacientes y en los que la enfermedad está localizada, la mitad acaba diseminándose. La localización más frecuente son las metástasis hepáticas. Una vez hecho el diagnóstico, lo habitual es usar quimioterapia asociada a un tratamiento biológico. En ocasiones, si la metástasis está adscrita exclusivamente al hígado, algo que ocurre en el 20% de los pacientes, se puede hacer una cirugía de estas metástasis hepáticas y lograr larga supervivencia o incluso la curación.

¿Qué papel juega la medicina personalizada?

Es fundamental seguir mejorando el conocimiento de la genómica del tumor, ya que el estudio de las dianas moleculares y la posibilidad de atacar cada mutación específica está cambiando el paradigma de la enfermedad y nos está dando grandes alegrías, pues permite controlar la progresión con tratamientos consecutivos que mejoran la supervivencia y la calidad de vida del paciente. Estamos empezando a tener tratamientos de tercera y cuarta línea y sabemos que quienes reciben más opciones terapéuticas tienen mejor supervivencia. Por eso, cada vez que aparece un nuevo fármaco, aunque el beneficio a priori no sea muy elevado, significa tener una alternativa más para mantener el cuidado del paciente.

¿Qué últimos avances destaca?

En este tumor se han logrado algunos hitos y avances continuos que nos hacen ser optimistas incluso en pacientes metastásicos, alargando la mediana de supervivencia más de 30 y 40 meses. Por ejemplo, los tumores con inestabilidad microsatélite son los únicos que, por el momento, responden muy bien a la inmunoterapia, con respuestas mantenidas en el tiempo. Por otra parte, para todos los pacientes disponemos desde enero de un nuevo inhibidor oral, potente y altamente selectivo de los tres receptores del factor de crecimiento endotelial vascular, indicado para quienes han recibido múltiples tratamientos previos. Estos avances, al ir tan dirigidos, tienen menos toxicidad global y mejoran la calidad de vida de los pacientes.