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Poner el foco en la salud mental en las mujeres adultas

La carga invisible que sufren puede derivar en ansiedad, insomnio, síntomas depresivos o incluso agotamiento extremo

Señales de alarma son cambios en el apetito, sensación constante de agotamiento o la idea de "no llegar a todo"
Señales de alarma son cambios en el apetito, sensación constante de agotamiento o la idea de "no llegar a todo"FREEPIKLA RAZÓN

Hoy en día, muchas mujeres adultas compaginan el trabajo remunerado con el cuidado de hijos, personas mayores o tareas domésticas. Esa «doble jornada» no solo implica cansancio físico, sino también emocional y puede suponer un problema de salud mental que hay que intentar atajar cuanto antes. Esta carga invisible puede derivar en ansiedad, insomnio, síntomas depresivos o incluso agotamiento extremo. A menudo, lo hacen, además, con una gran autoexigencia y sin pedir ayuda, porque se espera socialmente que «puedan con todo».

En esta misma línea, las mujeres están más expuestas al estrés crónico derivado de la desigualdad salarial, la inestabilidad laboral, la falta de corresponsabilidad en casa, y la presión estética o emocional que todavía persiste.

¿Qué señales de alarma debo percibir para saber que necesito cuidar mi salud mental?

Es imprescindible cuidarse para poder cuidar. En este sentido, es importante estar alerta por si surgen algunos signos como dificultad para dormir o descansar. También son señales que debemos tener en cuenta los cambios en el apetito, una sensación constante de agotamiento, irritabilidad, o esa idea de que «no llego a todo». Asimismo, también el aislamiento o la pérdida de interés pueden hacernos ver que ocurre algo. Debemos tener en cuenta que no hace falta tocar fondo para pedir ayuda, ya que cuanto antes detectemos el malestar, más fácil será prevenir problemas mayores.

Definidos los síntomas, ¿cómo podemos cuidar nuestra salud mental?

Nuestro primer objetivo es detectar qué nos pasa y cómo nos sentimos. En definitiva, ponerse una misma en su listado de prioridades porque para cuidar primero hay que saber cuidarse. Tenemos que saber que dedicarnos tiempo cada día no es egoísmo, sino que es salud. También es recomendable establecer límites claros para cuidar nuestra salud mental. Resulta fundamental que sepamos que no se puede cuidar de los demás si se está desbordada.

¿Con quién podemos hablar?

Otra de las claves es hablar con nuestro entorno. Tenemos que hablar con amigas, familiares o con profesionales sanitarios. Las enfermeras estamos para ayudar y acompañar. Compartir lo que sentimos nos alivia. Y por supuesto, es imprescindible mantener una red de apoyo, delegar cuando sea posible y pedir ayuda sin culpa.

¿Qué papel tienen las enfermeras para mejorar la salud mental de las mujeres durante la edad adulta?

En tu centro de salud, las enfermeras podemos orientarte, acompañarte y ayudarte a recuperar el equilibrio, algo imprescindible para poder continuar adelante. Las enfermeras especialistas en Salud Mental suponen un apoyo esencial, donde la escucha activa y el acompañamiento terapéutico es esencial. Sin duda, cuidarse también es priorizarse y eso es algo que debemos tener en mente desde el primer día. Tu bienestar emocional también merece atención.