Día Mundial contra la Hepatitis
Proyectos como la Unidad móvil de cribado de enfermedades infecciosas acercan la eliminación de la hepatitis C
Tratar a las personas que aún la tienen supone grandes ventajas para el sistema sanitario
Somos muchos los que hemos dedicado grandes esfuerzos durante nuestra carrera profesional a la eliminación de la hepatitis C. En esta gesta por conseguir un hito sin precedentes en la historia de la medicina, desde la llegada los antivirales de acción directa, hemos puesto en marcha multitud de medidas para diagnosticar y tratar a todas las personas con hepatitis C en España y conseguir así acabar con una enfermedad que ha supuesto una gran carga para los pacientes y el sistema sanitario.
Durante estos años, gracias a la implementación del Plan estratégico para el abordaje de la Hepatitis C, hemos conseguido tratar a más de 160.000 pacientes. Sin embargo, se estima que todavía quedan entre 20.000 y 30.000 personas con la enfermedad en España y estas pertenecen mayoritariamente a poblaciones vulnerables o con difícil acceso al sistema sanitario.
Con la llegada de los antivirales de acción directa tratamos a aquellos que estaban esperando tratamiento, pero el perfil de personas que sufren hepatitis C ha cambiado en los últimos años. Ahora debemos centrarnos en aquellos que desconocen que tienen infección activa, y en las que alguna vez se hicieron una prueba, pero nunca recibieron tratamiento.
Por este motivo, desde los diferentes organismos implicados en el abordaje de esta patología se están poniendo en marcha diferentes acciones para conseguir este objetivo común. Por ejemplo, desde hace unos meses la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) está otorgando los Certificados de Excelencia en la implementación del Decálogo de Eliminación de la Hepatitis C, que reconocen el trabajo de los centros sanitarios que cumplen los requisitos necesarios para la eliminación de la enfermedad. En este sentido, un proyecto del que me siento especialmente orgulloso por las implicaciones que tiene para el diagnóstico y tratamiento de estas poblaciones vulnerables es la Unidad Móvil de Cribado de Enfermedades Infecciosas. Esta unidad móvil recorre diferentes ciudades de España para realizar pruebas de hepatitis C y otras patologías infecciosas a personas de grupos vulnerables.
En el tiempo que lleva en marcha, la unidad ha realizado 6.700 pruebas. De estas, se han detectado 358 pruebas rápidas de VIH positivas y 1.128 pruebas rápidas de hepatitis C reactivas. De estos últimos, se ha confirmado infección activa en 358 casos mediante pruebas de PCR. Además, se han llevado a cabo 1.600 pruebas de hepatitis B, identificando 29 casos positivos.
Todavía quedan 30.000 personas con la enfermedad en España
La Unidad Móvil de Cribado nos ha permitido acercar el diagnóstico de esta enfermedad a personas pertenecientes a colectivos vulnerables, como usuarios de drogas, personas sin hogar, y migrantes de países con alta prevalencia de hepatitis C. Con ella podemos buscarlos activamente y realizarles una prueba rápida y, en caso de que el resultado sea positivo, les acompañamos en todo el proceso de derivación al hospital y hasta que completan el tratamiento.
Este proyecto ha sido –y es a día de hoy– un gran éxito: hemos conseguido llegar a personas que, de otra manera, no podríamos haber cribado y tratado. Además, hemos trabajado de manera coordinada médicos, servicios de farmacia hospitalaria, enfermeras, trabajadores sociales y ONGs para que poder encontrar y acompañar a los pacientes durante todo el proceso hasta que se cura la enfermedad.
Por todo esto, la Unidad Móvil de Cribado es un ejemplo a seguir y debemos trabajar para que pueda seguir recorriendo la geografía española porque, mientras queden pacientes con hepatitis C, no podemos permitirnos bajar la guardia. Hemos trabajado sin descanso para convertirnos en uno de los primeros países en eliminar esta enfermedad y es el momento de hacer un último esfuerzo para conseguirlo.
Además, conseguir tratar a estas personas tiene grandes ventajas tanto para los pacientes como para el sistema sanitario. Ya hemos visto un descenso notable en la necesidad de trasplantes de hígado derivados de la hepatitis C, pero acabar con la enfermedad supondría también una reducción de los casos que derivan a fibrosis, cirrosis o hepatocarcinoma, disminuyendo así el impacto económico que la patología tiene en el sistema sanitario.
Podemos conseguirlo porque disponemos de los medios necesarios para hacerlo: tenemos test rápidos para facilitar el diagnóstico y acercarlo a las personas de grupos vulnerables. Además, podemos curar a los pacientes en solo 8 o 12 semanas, lo que facilita el proceso desde el diagnóstico al tratamiento.
Estoy convencido de que trabajando de manera conjunta y utilizando todas las herramientas de las que disponemos, podemos conseguir que España se convierta en uno de los primeros países en eliminar esta enfermedad.
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