
Salud
¿Es bueno comer sardinas en lata? Esto es lo que dicen los expertos españoles sobre su ingesta diaria
El pescado azul es rico en omega 3 y vitaminas esenciales, pero los enlatados tienen beneficios y perjuicios particulares que no todo el mundo conoce

Tanto frescas como enlatadas, el consumo de sardinas no para de crecer año tras año. En España, de hecho, son todo un clásico: es el segundo pescado azul más consumido del país, con nada menos que 42 kilos por persona al año, el doble de la media europea. Aunque la versión fresca tiene sus fans, la auténtica reina del supermercado es la sardina en lata. Es barata, no caduca rápido, es súper práctica y, lo mejor de todo, mantiene casi intactas sus propiedades nutricionales.
Una simple lata de sardinas puede competir de tú a tú con varios suplementos. Aporta más del 30 % de la vitamina D y el calcio que necesitamos al día, y más del 50 % del omega 3 recomendado para toda una semana. Nada mal para algo que se puede guardar en la despensa sin preocuparte por la fecha. La Fundación Española del Corazón (FEC) lo tiene claro: en una dieta saludable, el pescado debería estar presente al menos tres veces por semana. Más si hablamos de pescados azules como la sardina.
"Los pescados son una muy buena fuente de proteínas de alta calidad, ya que contienen aminoácidos esenciales, es decir, aminoácidos que no somos capaces de poder sintetizar en nuestro organismo, y por eso tenemos que ingerirlos a través de la dieta", asegura la doctora Teresa Partearroyo, profesora titular de Nutrición y Bromatología en la Universidad CEU-San Pablo y miembro del Comité de Nutrición de la Fundación Española del Corazón (FEC).
Partearroyo subraya que además "son una buena fuente de vitaminas como la vitamina D o la vitamina B12; de minerales con contenido interesante, como el yodo; y, además, tienen un tipo de ácidos grasos, concretamente los ácidos grasos omega 3, que son los encargados de estabilizar el metabolismo de las grasas".
¿Y qué mejor opción que las sardinas? Este pescado azul no solo es sabroso y fácil de incluir en las comidas, sino que también está cargado de beneficios para la salud. Su aporte de la vitamina D diaria ayuda a mantener los huesos fuertes, a que el sistema inmunológico funcione bien y a que los músculos hagan su trabajo. Esto es vital si tenemos en cuenta que, en España, se estima que entre el 50 % y el 75 % de la población tiene déficit de vitamina D, según un estudio de Nature.

Cuántas latas de sardinas al día hay que comer
Pero eso no es todo, las espinas blanditas que vienen en la lata (son comestibles gracias al tratamiento térmico) aportan más del 30 % del calcio diario recomendado, ideal para quienes no consumen lácteos por intolerancia, o por seguir una dieta flexitariana, una forma flexible de alimentación que combina lo mejor del vegetarianismo con la posibilidad de consumir productos de origen animal de forma ocasional.
Además, una sola lata cubre más del 50 % de las necesidades de toda la semana de Omega-3. Ese ácido graso que protege el corazón, regula la presión arterial y baja los triglicéridos, está presente en cantidades generosas, en particular EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico). A estos beneficios se le pueden sumar otros nutrientes esenciales presentes en las sardinas, como el fósforo, el selenio, las vitaminas del grupo B (especialmente B12), el hierro y las proteínas de alto valor biológico.
Y como son un pescado pequeño, acumulan muy pocos metales pesados, a diferencia de otras especies más grandes. En resumen, si estás buscando un alimento fácil, barato, delicioso y ultra saludable, las sardinas en lata se llevan el premio. Dale un lugar fijo en tu despensa y tu cuerpo (y tu bolsillo) te lo agradecerán.
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