Opinión

El salto adelante de la Sanidad privada

El 85% de las personas aseguradas utiliza indistintamente la privada como la pública

Un médico realiza una intervención quirúrgica, en el Hospital público Isabel Zendal, a una paciente con coronavirus
Un médico realiza una intervención en el Hospital Zendal de MadridComunidad de MadridAgencia EFE

Que la Sanidad privada crece cada día es un hecho evidente. Y no sólo en volumen y hospitales, sino en prestaciones, funcionalidad y atención. El 85% de las personas aseguradas utiliza indistintamente la privada como la pública. Teníamos en España la percepción irreal de que nuestro servicio de salud estatal era el mejor del mundo. La pandemia nos bajó de esa ficción y nos acercó a una realidad que incluye masificación, burocratización, politización, huelgas y listas de espera de nueve meses en adelante. De ahí que miles usuarios de la Seguridad Social hayan optado también por tener su seguro privado. Algo cada día más común y extendido.

Existía la percepción, no obstante, de que cuando nos tenemos que enfrentar a una dolencia complicada, lo mejor y más aconsejable es ir a la pública. Dice Juan Abarca con razón que eso sucede en zonas rurales cuando se trata de centros hospitalarios comarcales, pero que los hospitales privados de Madrid, Barcelona y demás grandes capitales están ya a la altura de los públicos, magníficamente dotados de personal y medios.

El principal problema está en determinada clase política, que entiende que la privada debería ser extinguida, en vez de reforzarla en su labor de complementación. Es absurdo que el historial de los pacientes no sea accesible para cualquier hospital, al margen de su clasificación empresarial. Pero es algo que por desgracia ocurre, de manera que cuando un paciente pasa de un centro a otro hay que repetirle todo un repertorio de carísimas pruebas, muchas de las cuales podrían ahorrarse de existir esa interconexión clave.

El servicio de salud al ciudadano sería mucho más completo y ágil si la simbiosis público-privada funcionara como debe. Sólo la miopía de cierta clase política lo impide.