Efectos pandemia

Si sufrió un infarto en los meses de confinamiento, vivirá 2 años menos

La pandemia redujo hasta en un 40% el tratamiento de estos casos que, además, se atendían tarde

Simulacro con un desfibrilador ante un infarto de miocardio.
Simulacro con un desfibrilador ante un infarto de miocardiolarazon

Durante los meses de confinamiento por la pandemia de covid, el protocolo de atención a los pacientes con infarto de miocardio cambió para adaptarse a la saturación de los servicios sanitarios. De este modo, los aspectos clave en el tratamiento de este evento, atención temprana y intervención rápida en forma de angioplastia primaria, se descuidaron de un modo grave.

La atención temprana en estos casos tiene una importancia fundamental en términos de pronóstico y supervivencia a medio y largo plazo, y de prevención de la muerte súbita. De hecho, se sabe que entre el 30 y el 40% de las personas que han sufrido un infarto fallecen por esa causa. Por su parte, la intervención rápida es fundamental para reducir los daños en el corazón

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ya registró una reducción del 40% en el tratamiento del infarto de miocardio durante el primer mes de confinamiento por la pandemia en España. Además, los pacientes tratados tardaban más en recibirlo. Esos datos, junto con nuevos obtenidos en los meses y años siguientes, han servido a la Sociedad Europea de Cardiología para llevar a cabo un estudio en el que se ha valorado el impacto a más largo plazo de esas actuaciones.

"Lo que se ha descubirto es que, en términos de mortalidad global, los que tuvieron un infarto en esos meses tienen una esperanza de vida 2 años inferior a la de los pacientes tratados en el mismo periodo de 2019", explica Oriol Rodríguez-Leor, cardiologo intervencionista en Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, de Barcelona, y coautor del trabajo."Además, las carencias en la atención médica han supuesto un incremento en los costes sanitarios. La suma de ambos aspectos- el social y el médico- asciende a unos 90 millones de euros", añade.

Por ello, la SEC considera necesario que se tomen algunas medidas, como "hacer una previsión de cómo actuar en el caso de que volvamos a vivir una situación similar -para tratar de evitar el colapso sanitario que deriva en deficiencias en la atención a otras patologías- y concienciar a la población para que conozca lo que hay que hacer cuando alguien de su entorno sufre un infarto", explica.

El infarto agudo de miocardio se debe a la falta de riego sanguíneo de una zona del músculo cardíaco (miocardio) producida por la obstrucción de una de las arterias coronarias. La falta de riego sanguíneo causa angina de pecho y, si no se abre precozmente la arteria, provoca la muerte (necrosis) del tejido cardiaco.

La cardiopatía isquémica (infarto de miocardio y angina de pecho) es la primera causa de muerte en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2021, fallecieron por esta patología más de 10 millones de personas, más del 10% de las muertes a nivel mundial. En España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística de 2022, fue la segunda causa más frecuente de fallecimiento, con 28.852 defunciones y una tasa de 61 por cada 100.000 habitantes.

Entre las enfermedades del corazón, el infarto de miocardio afecta más a mujeres que a varones a partir de los 55 años.