Vuelve la cordura a Baleares

Tras salir escopetada Armengol de las islas, ha vuelto la cordura a un territorio en el que socialistas, podemitas e indepes se habían empeñado en llevarle la contraria a la ciudadanía. De manera que a partir de ahora Baleares no exige ya el catalán para trabajar en la Sanidad pública. El nuevo gobierno autonómico del PP liderado por Marga Prohens ha aprobado un decreto que elimina el requisito absurdo de dominar la lengua catalana para médicos, enfermeras y otros profesionales sanitarios del Servicio Balear de Salud. Hasta ahora era necesario acreditar un título oficial de lengua catalana (el famoso B2) para trabajar u opositar, pero el nuevo gobierno permitirá que los profesionales «mejor cualificados» opten a los procesos selectivos sin tener que acreditar ese nivel. Es decir, que para poder ejercer la medicina en Baleares va a volver a ser más importante saber medicina que saber catalán, si bien se considerará un elemento meritorio el conocimiento de la lengua co-oficial.

La supresión de tal requisito lingüístico en la Sanidad era uno de los compromisos electorales de Prohens, pero ha sorprendido su rapidez en adoptar la medida, acostumbrados como estamos los ciudadanos a que los políticos olviden sus compromisos. Cierto quela presión de Vox ha sido determinante.

La medida se justifica también en atención a reducir las listas de espera, que en Baleares es «necesidad urgente». Para ello se considera «imprescindible» mantener el actual número de médicos y profesionales sanitarios, evitando la huida que el requisito del catalán estaba produciendo. Esa situación de emergencia era particularmente grave en Ibiza, Menorca y Formentera. Armengol enervó a la inmensa mayoría de la profesión. Prohens vuelve al sentido común y pone fin a siete años de inequidad.