Coronavirus

“Estado de excepción” en los centros de salud: cierres, transformación... así les afecta el coronavirus

Medio centenar de ambulatorios en la Comunidad de Madrid se han visto obligados a cerrar ante las bajas de sanitarios. Ahora, también les desbordan los “test a domicilio”

Centro de Salud Nuestra Señora de Fátima, de Madrid
Centro de Salud Nuestra Señora de Fátima, de MadridLa RazónLa Razón

Nada más entrar en el centro de salud de Nuestra Señora de Fátima, en Carabanchel , hay un folio con un “Pare” impreso en rojo y mayúsculas. Una fila de asientos metálicos que otrora servían para la espera de pacientes es ahora una barrera que impide el acceso al interior del edificio. Otra serie de carteles en el exterior derivan a posibles casos de coronavirus a la zona de aislamiento que se ha instalado en la parte trasera, con una entrada independiente. Allí, hace un mes se ubicaba el laboratorio, ahora es la zona cero.

El cambio tanto funcional como estructural que ha provocado el coronavirus en los centros de salud es impactante. El caso del ambulatorio de este distrito madrileño es solo uno de los casos que se multiplican en todas las ciudades. Muchos de ellos han cerrado, casi medio centenar solo en la Comunidad de Madrid, bien por el contagio masivo de profesionales que ha impedido el normal funcionamiento de los centros, o bien porque muchos de ellos han tenido que desplazarse a otros puntos de atención, como IFEMA.

Mientras que la atención mediática se ha focalizado en los hospitales, donde miles de sanitarios siguen realizando una heroica labor para salvar a los enfermos más graves, el trabajo que se ha realizado durante estos dos últimos meses en los centros de salud ha sido fundamental para evitar el colapso total de la sanidad. Visitamos ahora alguno de estos ambulatorios para descubrir su transformación y analizar también cómo abordan el hecho de que ahora ellos sean también quienes deberán acudir a los domicilios para realizar los test en la muestra global que ha ordenado el Gobierno. Maribel Giráldez es una los 3.000 médicos de familia de la Comunidad de Madrid, que en total suma unos 430 centros, y que ha vivido desde el primer momento el caos provocado por el Covid-19: “Nosotros, dentro de lo que cabe, tuvimos suerte porque varios compañeros ya vivimos la Gripe A y, aunque la magnitud no ha sido igual, si teníamos experiencia previa en este sentido. Así que rescatamos la organización de entonces. Se estableció desde el primer momento una zona de ‘’triaje” donde una enfermera y un administrativo interroga a los pacientes y se les deriva a uno u otro punto”, relata.

Así, los que presentan problemas respiratorios o fiebre directamente acuden a una puerta trasera donde no se mezclan con el resto de personas. “Inicialmente había cuatro médicos por turno en este área, ahora lo hemos reducido a dos” puntualiza. Y es que ellos, además de atender y de servir de “escudo” del covid, deben seguir atendiendo a las necesidades médicas diarias de sus pacientes.

"También se han tenido que llevar a cabo cambios en varias de las consultas para sacarlas de las zonas de aislamiento, como la de la matrona o la trabajadora social”, añade Giráldez. Sin duda, una absoluta revolución que a muchos ciudadanos les ha pasado por alto. Es más, son ellos quienes realizan el control y seguimiento diario de todos los pacientes infectados de coronavirus que se recuperan en casa. Así, las llamadas diarias que realizan estos sanitarios, cada uno de ellos, supera las 45. “Se ha potenciado el trabajo telefónico para evitar que la gente acudiera al centro y, para que los sanitarios también reduzcan el riesgo de contagio”, analiza esta profesional.

La médico de familia, Maribel Giráldez, durante una visita al domicilio de un paciente
La médico de familia, Maribel Giráldez, durante una visita al domicilio de un pacienteLa RazónLa Razón

Y es que en España son más de 30.000 los sanitarios que han contraído el virus. Para las visitas a domicilio, que siguen realizando diariamente, disponen de un taxi o VTC para mayor seguridad de los profesionales: “Si tuviéramos que ir con nuestro coche como hacemos normalmente, sería una locura, tener que desinfectarlo en cada visita. La verdad que es una suerte el que se nos haya facilitado este transporte”, reconoce. Carmen San José, del sindicato de Médicos de Atención Primaria, critica la orientación “hospitalocentrista” que ha tenido la gestión de esta crisis por parte de los responsables políticos. “No hay país de nuestro entorno que tengan esta organización sanitaria como la nuestra, con una atención primaria tan potente. Creo que se han equivocado en muchas cosas”, lamenta.

“Nos gustaría haber tenido acceso a la medicación que se les prescribe a los enfermos de coronavirus, como por ejemplo el Dolquine, porque solo se ha facilitado en hospitales y eso podría haber agilizado mucho la situación”, reconoce Clara Abad, presidenta de Somamfyc ( la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria). Ella ejerce en el centro de salud Barcelona, de Móstoles, donde hasta ahora trabajaban 14 médicos de familia y 4 pediatras, y se ha reducido a 9 médicos y ningún pediatra. "En nuestro caso la mayoría de las ausencias ha sido por bajas por contagio, y ha habido dos compañeros que se han desplazado a Ifema”, relata.

Evitar pacientes “mezclados"

De hecho, han sido un millar los que se han desplazado en toda la Comunidad hasta el centro de congresos donde se ha instalado este hospital temporal. Según los cálculos que han realizado, cada sanitario de los centros de salud han trabajado como mínimo siete horas extra a la semana, a lo que hay que sumar Semana Santa y festivos. “Estamos encantados de en una situación crítica echar el tiempo que haga falta, pero que esas horas se nos paguen, porque todavía no se ha dicho nada. En los hospitales sí que está definido el pago de horas extra, en Atención Primaria no, incluso se habla de que se den días libres, en vez de retribuirlos”; critica Abad.

En su centro de salud, la reorganización ha sido también impresionante: una consulta que es para pacientes solo de sistema respiratorio, otra de pacientes de no respiratorio, otra de domicilios y otras de consultas de llamada telefónica. “No podíamos arriesgarnos a tener a todos los pacientes mezclados, como ocurrió al principio. Hemos cerrado los canales de cita, ahora se criba la causa de la consulta por teléfono. Aunque si alguno se presenta en el centro de salud, también se le atiende. Tengo la sensación de que la mayoría de los infectados por Covid-19 han pasado primero por los centros de salud", analiza. En Madrid, hasta la fecha, se se ha atendido a 300.000 personas por coronavirus, y, según los expertos, el 80% antes de ir a urgencias lo hacen antes en el ambulatorio. “Ahora mismo, el 90% de nuestra actividad esta relacionada con coronavirus”, remarca Abad.

Todos los sanitarios de Atención Primaria consultados para este reportaje coinciden en que si algo bueno puede sacarse de esta crisis sanitaria es el refuerzo del sistema de “triaje” telefónico, algo por lo que llevan luchando muchos años y que ahora ha demostrado su utilidad. “Así, podríamos dedicar a cada paciente en consulta más de los 5 minutos que se nos impone”, concluyen.