Sociedad

Tardes de parchís en reclusión

En este interminable tiempo de encierro, los españoles han dispuesto de horas para el ocio doméstico y familiar como probablemente en ningún otro momento. El parchís ha sido el rey

Parchís on line
Las apps de juegos con mayor cuota de mercadoJosé Maluenda

El Pachisi es un juego originario de la India creado en el siglo XVI. El parchís es una variación de este juego, como lo son el parcheesi, el ludo o el parqués. El tablero actual, con forma de cruz es tan solo una representación del original, que no fue otro que el jardín del emperador Abdul Momin. Hasta aquí la historia en la versión que brinda wikipedia. La realidad es que este juego de dados y fichas en sus distintas variantes, especialmente, en cuanto al número de jugadores ha formado parte de los hogares españoles durante generaciones y generaciones.

Sería auténticamente complicado toparse con una familia que nunca hubiera poseído o jugado en algún momento. La pandemia, que ha puesto a prueba nuestra capacidad para doblegar al aburrimiento y llenar las horas libres con toda clase de entretenimientos, ha relanzado el protagonismo a un pasatiempo que no parece resignarse a pasar de moda. Según el IGMobile elaborado por Smartme Analytics, el parchís online ha sido el juego preferido de los españoles durante el confinamiento, con una cuota de mercado del 12,2%, y un crecimiento espectacular de más del 102%. Ha desbancado a Candy Crush Saga, que ha perdido dos puntos y se ha quedado en un 10%.

El parchís ha liderado también el ranking SFIx de Smartme Analytics, que identifica a los programas con mejor y peor desempeño digital. ¿A que razones se puede atribuir el éxito de este clásico de mesa? Sin duda, habrá sido determinante su condición de evento recreativo colectivo, que no discrimina por edades y cuya simplicidad va ligado a su carácter competitivo. Pero sobre todo su adjetivo familiar, aquello que se ha compartido activamente por prácticamente todos los miembros del hogar. Ese puede haber sido el secreto de su éxito en la excepcionalidad, como también lo ha sido de su longevidad.

Sacar cincos, mover, comer una ficha y contar 20, comer y mandar a casa al rival.... Horas y horas compartidas para la memoria colectiva sin que las sucesivas modas sean capaces de mandarlo al baúl de los recuerdos.