Salud

Todo lo que debes saber sobre la episotomía, y por qué puede evitar complicaciones mayores en el parto

La “controvertida” intervención no ha de realizarse de manera sistemática a todas las pacientes

El grupo parlamentario VOX en Les Corts ha pedido que se proteja a la mujer embarazada en situación de vulnerabilidad
El grupo parlamentario VOX en Les Corts ha pedido que se proteja a la mujer embarazada en situación de vulnerabilidadServicio Ilustrado (Automático)PROSTOCK-STUDIO

La episotomía, según recuerda la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), es la intervención quirúrgica más frecuente y, “posiblemente” una de las más controvertidas, siendo más o menos frecuente en función del país.

Según recoge la Federación de Matronas de España, se convirtió en un procedimiento habitual el siglo pasado, subestimándose sus potenciales efectos adversos; si bien recalca que hace aproximadamente 20 años comenzó a extenderse la evidencia que apoyaba su uso restrictivo para los casos en los que fuera únicamente necesario.

Consiste en una incisión con un bisturí o tijera quirúrgica, de extensión y dirección variables, sobre la vagina y el periné, que se realiza para agrandar el canal del parto de manera controlada, por parte del ginecólogo o de la matrona, y en el período del expulsivo fetal, según detalla por su parte el doctor Sebastián Sessa Méndez, ginecólogo de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional (Madrid).

“El objetivo de esta incisión es el aumento de espacio útil durante la expulsión fetal para facilitar su nacimiento y evitar posibles complicaciones derivadas del exceso de presión generado durante el expulsivo. Las estructuras que se cortan son la piel, la mucosa vaginal, el tejido celular subcutáneo, y los músculos bulbocavernoso y transverso superficial del periné, que se cierran al finalizar con puntos de sutura”, explica el doctor.

Por su parte, la SEGO añade que se realiza con la intención de acortar el período de salida del feto por el canal del parto y evitar así la producción de desgarros complicados que implicarían más riesgo de hematomas y de infecciones. “También para evitar una excesiva y mantenida distensión de los músculos del periné, que con el tiempo, tendría como consecuencia el prolapso genital o descenso de la vejiga, del útero, o del recto, así como la incontinencia urinaria”, agrega.

No obstante, y según remarca Sebastián Sessa, la episiotomía no ha de realizarse de manera sistemática a todas las pacientes porque no ha demostrado reducir la tasa de complicaciones, como los desgarros vaginales, las distocias de parto, etc., si bien afirma que sí aumentará la morbilidad.

De hecho, la SEGO recuerda en este sentido que en la actualidad debe imponerse el criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece que esta práctica de rutina no es necesaria, y sólo debe hacerse de forma selectiva o en caso de que los partos presenten dificultades.

Con ello, el especialista de Quirónsalud aboga por que las episotomías sólo se realicen cuando el obstetra o matrona objetiven un claro beneficio tras su realización: “Con una episiotomía bien indicada y realizada, conseguiremos aumentar el espacio efectivo para la salida de la cabeza y cuerpo fetal. En determinadas situaciones puede evitar la aparición de desgarros vaginales, facilitar y hacer más segura la realización de un parto instrumental, y disminuir el tiempo del expulsivo si las circunstancias así lo requieren”.

Desde la SEGO precisan que las episotomías suelen estar indicadas en caso de que la madre tenga un periné poco elástico o muy resistente, muy musculoso, o muy corto (inferior a 4-6 centímetros de distancia ano pubiana), delgado y de musculatura atrófica, o una vagina poco elástica, así como en el caso de las primíparas.

En el caso de que sea necesaria por indicación fetal, estas intervenciones la SEGO las recomienda en caso de prematuridad, macrosomía (bebe grande), distocia de hombros (no es posible que el bebé salga con las maniobras habituales de expulsión de hombros), presentación de nalgas, o cefálicas en posición occípito-sacra (mirando hacia arriba) o deflexionada (cabeza extendida); así como cuando el estado fetal aconseje su salida rápida, y en los partos en los que se utiliza algún tipo de instrumento para extraer al feto.

Tres procedimientos diferentes

El experto de Quirónsalud detalla que existen 3 diferentes procedimientos quirúrgicos: “El ‘lateral’, donde la incisión se extiende de manera perpendicular a la línea media vaginal; el ‘central’ o ‘medial’, que se prolonga de manera vertical desde el introito vaginal hacia el ano (en la línea media); y finalmente el ‘mediolateral’, un corte que iría desde el introito vaginal hacia cualquiera de los lados, formando un ángulo de unos 45 grados con la línea media, y pudiendo ser, por tanto, derecha o izquierda”.

Eso sí, el ginecólogo insiste aquí en que la episiotomía lateral no es una práctica correcta, al mismo tiempo que argumenta que existe evidencia suficiente para evitar la realización de la episiotomía central, debido al mayor riesgo de daño sobre el esfínter anal. “Por tanto, la episiotomía mediolateral es la más adecuada”, asevera.

En caso de que fuera necesaria la episotomía, Sessa recuerda que la tasa de complicaciones es baja y, generalmente, la adecuada indicación de una episiotomía siempre podrá evitar la aparición de complicaciones mayores: “Las tempranas, sangrado y desgarros que se extienden más allá de la propia episiotomía; y después, se encontrarían las tardías, hematomas, dehiscencia de cicatriz, infecciones, y dolor crónico sobre el área afectado”.

Para reparar el área dañada se realiza una sutura por planos, empezando por el músculo, continuado por la mucosa y finalizando en la piel, según detalla; una reparación que se lleva a cabo con suturas reabsorbibles, para no tener que retirarlos posteriormente, y siendo tan solo visibles los puntos dados en el área perineal (3 o 4 puntos visibles en la mayoría de las ocasiones). “El resultado estético será muy satisfactorio en la inmensa mayoría de las episiorrafias (sutura de una episiotomía), y la zona estará totalmente recuperada en unas dos semanas”, asegura el especialista de Quirónsalud.

Con ello, el ginecólogo de Ruber Internacional recomienda mantener la herida limpia y seca, evitando cualquier tipo de traumatismo y manipulación sobre la zona. No obstante, ante cualquier duda o molestia (dolor que no cede, sangrado abundante genital, secreción purulenta o flujo vaginal mal oliente, fiebre sin foco establecido, etc.), recomienda acudir a la matrona o al ginecólogo a pesar de la pandemia, puesto que, según resalta, los centros sanitarios hoy en día son instalaciones que han diseñado circuitos libres de coronavirus donde es prácticamente imposible el contagio.

Celebra que el Hospital Ruber Internacional (Madrid) cuenta con la acreditación ‘Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19’, una certificación que asegura su cumplimiento de los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.