Covid-19
Los efectos secundarios de la segunda dosis de la vacuna de Pfizer, según una doctora
Joy Henningsen: “Todos mis síntomas fueron leves y un precio muy bajo a pagar por la protección contra Covid-19″
Las comunidades autónomas van a comenzar este lunes a administrar la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer y BioNTech a los grupos prioritarios que recibieron la primera dosis de la vacuna a finales de diciembre y principios de este mes. Algunos países ya han aplicado la segunda dosis y han explicado sus sensaciones.
Es el caso de Joy Henningsen, radióloga en Alabama. La sanitaria ha escrito un artículo en Business Insider contando su experiencia: “Mi hospital recibió las dosis en el primer envío nacional y todos los trabajadores sanitarios de mi hospital que mostraron interés a través de una encuesta recibieron la vacuna, entre las que fui incluida”.
Avisada por los efectos secundarios que otras personas manifestaron tras recibir la segunda dosis, Henningsen se preparó ante la posibilidad de sentirse mal tras recibir la inyección: “Llené la nevera de comida y compré los mismos artículos que si tuviese un resfriado o gripe (agua, sopa, galletas saladas, etc.). También me aseguré de que mis mascotas tuvieran suficiente comida y agua”.
Además, la sanitaria preparó una pequeña bolsa: “Incluía un termómetro para controlar mi temperatura y algunos remedios para calmar la fiebre. Para combatir el contraste entre la fiebre y los escalofríos que algunas personas habían reconocido sufrir, metí unos paños para usar como compresas frías. También metí una manta con peso y un edredón de plumas cerca de mi cama”, detalla.
Finalmente, Henningsen recibió la vacuna de Pfizerel 7 de enero. “Me sentí bien hasta seis horas después, cuando comencé a sentir una sensación de malestar. Pronto siguieron dolores musculares leves, así como dolor en el lugar de la inyección similar a la vacuna contra el tétanos, es decir, un poco peor que una contra la gripe”, señala.
Doce horas después, los síntomas ya eran patentes: “Me desperté con fiebre, escalofríos e insomnio”. Tras dos horas, “hubo una mejora en la fiebre y los escalofríos, pero, cuando me desperté, los dolores musculares persistieron y apareció también el de cabeza, similar al que sentiría al saltar mi café matutino”.
A las 20 horas, “todavía tenía dolor de cabeza y la fiebre y los escalofríos regresaron y persistieron durante todo el día, junto con el agotamiento y una sensación general de bah”.
Tras el transcurso de 32 horas, “todavía tenía dolor de cabeza, fiebre y escalofríos cuando me fui a la cama”.
Dos días después de la inyección, “me desperté sudado, probablemente por escalofríos y sudores nocturnos leves. Me subí a la báscula y vi que había perdido alrededor de 1,8 kilos desde que me pesé la mañana de la inyección. Esta pérdida pudo deberse en parte a la deshidratación y, por otro lado, como efecto secundario de mi cuerpo luchando contra lo que se pensaba que era el Covid-19”. Pero al cumplirse las 48 horas, “Me sentí totalmente normal”.
El 10 de enero, tres días después, “me sentí bien todo el día. Hice ejercicio por la mañana y la mayor parte del peso volvió cuando aumenté mi ingesta de agua”.
“En general, todos mis síntomas fueron leves y un precio muy bajo a pagar por la protección contra Covid-19. Creo que la incomodidad temporal no debería ser un impedimento para recibir la vacuna, y sé que estos síntomas son una señal de un sistema inmunitario robusto y que mi cuerpo se está preparando para combatir el coronavirus, exactamente lo que se supone que debe hacer”, resume la doctora Henningsen.
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