Restricciones

Sanidad prepara un plan no obligatorio para la Semana Santa

Deja en manos de las comunidades evitar una cuarta oleada, como ya sucedió en Navidad. Les pide que «perseveren en las restricciones» y tacha de «imprudente» a la Comunidad de Madrid

«Acordar, de común acuerdo, un documento de actuaciones para saber qué se puede hacer y qué no en Semana Santa». La ministra de Sanidad, Carolina Darias, busca remendar el error de las Navidades. Por eso, comunicó ayer a los consejeros reunidos en el Consejo Interterritorial que Salud Pública ya está preparando un marco normativo «para tener el virus a raya» de cara al próximo periodo vacacional. Después, el Consejo lo tendrá que votar, pero Darias avanzó que no será obligatorio: «Lo deseable es que las medidas sean compartidas», zanjó. El documento que prepara Sanidad es, pues, una mera puesta en escena para convencer a la opinión pública de que está trabajando ya para evitar lo que pasó en Navidades. Entonces, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, prometió que no habría 17 navidades distintas. Pero, en la práctica, cada comunidad estableció sus propias normas. La laxitud del Gobierno desembocó en una tercera oleada que ha provocado más de 20.000 fallecimientos desde diciembre.

De nuevo en Semana Santa, pese a las promesas de Darias de una estrategia consensuada, la pelota quedará en manos de las comunidades. La ministra volvió ayer a pedir a los ejecutivos regionales que «perseveren en las restricciones aunque sean de menos intensidad si la situación epidemiológica lo permite». En una clara alusión a la Comunidad de Madrid hizo «una llamada a la responsabilidad y al sentido común», después de que por la mañana, Pedro Sánchez acusase a la presidenta Isabel Díaz Ayuso de «imprudencia» por iniciar la desescalada con una incidencia de 339 casos por cada 100.000 habitantes. Esa fue la respuesta del presidente del Gobierno cuando la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, le preguntó si tomarían medidas para contener una nueva oleada de contagios.

Retomar la atención al cáncer

En el Consejo Interterritorial también se puso sobre la mesa la necesidad de estudiar el impacto de la pandemia en el diagnóstico y en el tratamiento del cáncer, después del tirón de orejas de la comunidad médica y científica, A principios de febrero, 14 sociedades se unieron para denunciar que «los retrasos asistenciales y el impacto que esto pueda tener en la relación entre pacientes y profesionales son inaceptables». Y que las consecuencias «se reflejarán de forma muy dramática en la mortalidad en los próximos años». Segun alertaron, se ha producido un descenso de un un tercio de las consultas presenciales y se estima que durante la primera ola de la pandemia uno de cada cinco pacientes no fue diagnosticado o fue diagnosticado tarde. Como ya avanzó LA RAZÓN el pasado 17 de febrero, Sanidad ha aprobado una actualización de la Estrategia contra el Cáncer, que contempla, entre otros asuntos reactivar los cribados poblacionales de los tumores con mayor incidencia, asegurar el acceso a pruebas disgnósticas en circuitos protegidos frente al virus, mantener de forma segura las cirugías y reducir los tiempos entre el diagnóstico y los tratamientos oncológicos. Después de un año de pandemia, al fin Darias se ha «comprometido» a «precisar y concretar el impacto de la pandemia» en la atención a los pacientes. Según ella, se está realizando: «Los cribados en cáncer de mama , de colon y de cervix ya se están retomando en la mayoría de las comunidades».

Reticencias con AstraZeneca

Cada vez son más los colectivos que rehúsan pincharse la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford. En España, se ha reservado en esta primera fase para los trabajadores esenciales menores de 55 años. La mayoría de las comunidades está inmunizando ya con este suero a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Pero no todos están convencidos. De hecho, la Confederación de Seguridad Local y Autonómica –representante profesional de cuerpos como los Mossos, la Ertzaintza y todas las policías locales– ha pedido que se paralice su administración. Denuncian que la vacunación de los policías franceses con AstraZeneca está provocando una avalancha de bajas laborales y no quieren que eso también pase en España. En el país vecino, 25 de cada 100 agentes vacunados con esta solución están sufriendo efectos secundarios muy parecidos a los de un proceso gripal. En Alemania también hay muchas reticencias. El país solo ha administrado el 15% de las dosis de la compañía anglosueca. Sin embargo, a Darias, no le consta que en España haya este problema: «No tengo noticias al respecto, al contrario, lo que me llega de las comunidades es que no quieren que se aminoren cantidades», aseguró.