Directices
Así será esta Semana Santa en las iglesias: ni procesión en el Domingo de Ramos ni lavatorio de pies en Jueves Santo
Entre las directrices dadas por los obispos se recomienda reducir el número de ministros en el altar y se anima al canto individual con “precaución”
Esta Semana Santa no habrá procesiones. Pero eso no supone, ni mucho menos, que se cierre por vacaciones. No habrá pasos en la calle, pero, a diferencia el confinamiento del año pasado, las iglesias estarán abiertas y sí se podrá participar en todas las celebraciones vinculadas a la Pasión y Muerte del Señor. Todo, respetando las directrices sanitarias para evitar contagios de coronavirus en los templo: aforo limitado, mascarilla obligatoria, uso del gel hidroalcohólico, distancia social, espacios ventilados… Y, si fuera necesario, multiplicar las celebraciones en un mismo día para aumentar aglomeraciones.
Es la máxima que se desprende de las directrices dadas hoy por la Conferencia Episcopal Española, a través de la Comisión para la Liturgia, siguiendo las recomendaciones dada por el Vaticano. Así los obispos animan a los feligreses a que vayan a misa y a los demás actos: “Siempre que sea posible, desde un discernimiento responsable que ha de hacer cada fiel, se recomienda la participación presencial en la celebración, formando parte activa de la asamblea”.
De la misma manera, se recuerda a aquellos cristianos que, por edad, enfermedad o por “prudencia sanitaria”, no puedan acudir a la iglesia, pueden seguir las ceremonias a través de los medios de comunicación. Es más, se invita a que se facilite su acceso.
Al aterrizar en festividades concretas, el Episcopado pide que no haya procesión el Domingo de Ramos, pero no se explicita nada sobre la posibilidad de que los fieles lleven ramos. En el Jueves Santo se suprimirá el lavatorio de los pies, pero sí se permitirá la procesión y la reserva del Santísimo, así como la adoración “respetando siempre los horarios de restricción de la libre circulación de los ciudadanos que se establezcan en cada lugar”. Sobre la adoración a la Cruz del Viernes Santo, se da por hecho que se prescindirá del gesto en tanto que está prohibido todo tipo de besamanos y besapiés a las imágenes. Tan solo se permitirá una genuflexión de los participantes sin moverse de su lugar.
Con respecto a la Vigilia Pascual, se podrá prender el fuego inicial, pero los feligreses no estarán en torno a él, sino en sus asientos. Lo que sí se aconseja mantener es el rito de aspersión en la liturgia bautismal. Pero se advierte de “evitar el contacto con el agua que se va a bendecir cuando esta se prepare, y que el sacerdote higienice las manos con gel hidroalcohólico antes de la aspersión”. No se recomienda celebrar bautismos como suele ser habitual en esta eucaristía nocturna.
Los obispos también animan a que en el altar haya las personas justas. Así, plantean “reducir al mínimo necesario” los ministros que participan, o lo que es lo mismo, sacerdotes, acólitos, lectores…
Sobre los cantos, recuerdan que no están prohibidos salvo que los poderes públicos digan lo contrario. Pero sí apostillas que debe entonarse con “medidas de precaución adecuadas” y la
mascarilla puesta. Es más incluso se apunta que no es aconsejable la música grabada. Para evitar posibles contagios se insta a evitar canciones en papel.
En relación a la comunión, se mantienen las medidas de seguridad que se llevan realizando hasta la fecha, haciendo hincapié en que se haga “segura y ordenada”. También se invita a los cristianos a acudir “vivamente” al sacramento de la reconciliación “con todas las medidas de precaución, distancia social y discreción”.
En concreto, sobre el Domingo de Ramos, piden evitar la procesión y proponen en las catedrales utilizar la entrada solemne, mientras que “los fieles permanecerán en sus lugares y se hará la bendición y la proclamación del evangelio desde un lugar, dentro de la iglesia, en el que los fieles puedan ver el rito”.
En la procesión al altar, puede participar una representación de los fieles junto con el Obispo y los ministros, según indica. En las parroquias y demás lugares de culto, sugieren utilizar la entrada simple. Atendiendo a la Misa crismal, la CEE propone que el obispo traslade la fecha de su celebración al día que parezca más adecuado.
Sobre el Jueves Santo, la CEE señala que, “de forma excepcional”, al igual que el año pasado, “los sacerdotes tienen la facultad de celebrar este día la Misa sin el pueblo, si concurren circunstancias que así lo aconsejen --por ejemplo, el contagio con el virus del propio sacerdote o el confinamiento de una población--”. Además, precisa que “ha de omitirse el rito del lavatorio de los pies”.
Además, dado que este año la celebración se hará, en la mayor parte de los casos, con alguna participación del pueblo, proponen que “no se omita la procesión y la reserva del Santísimo Sacramento para la adoración y la comunión al día siguiente”.
El Viernes Santo, la CEE precisa que se ha de asegurar la celebración de la Pasión del Señor, “por lo menos, en la Catedral, en los templos parroquiales, al menos en los principales”, y en aquellos de mayor capacidad dentro de las zonas pastorales establecidas en cada diócesis.
En la oración universal, señalan que se utilizará el formulario habitual con el añadido de la intención especial que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el pasado año, en la que se reza “por quienes sufren en tiempo de pandemia”: “Para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto”.
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